La región maya tiene un clima tropical, lo que significa que no existe un verdadero invierno. Sin embargo, hay dos estaciones distintas:la estación húmeda, que dura de mayo a octubre, y la estación seca, que dura de noviembre a abril. Los mayas aprovecharon estas diferencias estacionales para plantar diferentes cultivos en diferentes épocas del año.
Durante la temporada de lluvias, los mayas plantaban cultivos que requerían mucha agua, como maíz, frijoles y calabazas. Estos cultivos se cultivaban en campos elevados, que se creaban al acumular tierra y escombros en áreas bajas. Los campos elevados ayudaron a mejorar el drenaje y la aireación y también protegieron los cultivos de las inundaciones.
Durante la estación seca, los mayas plantaban cultivos más tolerantes a la sequía, como la yuca y la batata. Estos cultivos a menudo se cultivaban en terrazas en las laderas de las colinas, lo que ayudaba a conservar el suelo y el agua.
Los mayas también desarrollaron un sistema de riego para ayudarles a regar sus cultivos durante la estación seca. Construyeron canales y embalses para almacenar agua y utilizaron una variedad de dispositivos de elevación de agua para llevar agua a sus campos.
El complejo sistema agrícola de los mayas les permitió producir un excedente de alimentos, que sustentaba a una gran población y también permitía el comercio con otras civilizaciones. Las prácticas agrícolas de los mayas también eran sostenibles y ayudaban a preservar el medio ambiente para las generaciones futuras.