Carlos II "El Embrujado" padecía el síndrome de Klinefelter
La típica "mandíbula de los Habsburgo" que presentan los miembros de este linaje se vio reforzada por la endogamia dominante en la familia durante casi 200 años.Todo el mundo sabe que el último rey Habsburgo de España, Carlos II, apodado "El Embrujado", murió sin descendencia tras una vida infeliz marcada por enfermedades y malformaciones congénitas. Los numerosos retratos de él no podían ocultar la apariencia de un hombre que, como lo describió un embajador francés, tenía "aspecto enfermizo, frente estrecha, mirada incierta, labio caído, cuerpo desproporcionado y gestos torpes". Carlos II contenía en sí mismo el compendio de todas las deformaciones faciales de los Austrias:una gran nariz con la punta saliente que cae sobre el labio inferior, también prominente, y una mandíbula inferior con un pronunciado prognatismo.
Un estudio que analiza malformaciones faciales que sufrieron los miembros de la dinastía de los Habsburgo, incluidos muchos monarcas españoles, sus esposas y sus hijos. El equipo de investigación ha estado formado por genetistas de la Universidad de Santiago de Compostela, entre ellos Román Vilas y Gonzalo Álvarez, y también por diez cirujanos maxilofaciales, encabezados por Florencio Monje, presidente de la Sociedad Española de Cirugía Oral y Maxilofacial y del Jefe y Cuello. Sugiere que la típica "mandíbula de Habsburgo" que presentan los miembros de este linaje, cuya principal característica es su pronunciado prognatismo, fue reforzada por la endogamia dominante en la familia durante más de 200 años. Así, se ha detectado una estrecha relación entre la consanguinidad (cuya extensión se ha calculado a partir de un árbol genealógico con más de 6.000 individuos pertenecientes a más de 20 generaciones) y el grado de prognatismo mandibular, y también con la deficiencia maxilar, aunque ésta, aparentemente, en menor grado. Por ejemplo, si Felipe el Hermoso tenía un grado de consanguinidad de 0,025, el de Carlos II, último representante de la dinastía en España, era de 0,25, lo que significa que el 25% de sus genes estaban repetidos.
RETRATOS REVELADORES
Para llevar a cabo esta investigación se han utilizado un total de 66 retratos de quince miembros de la dinastía de los Habsburgo conservados en algunos de los grandes museos del mundo, como el Museo del Prado o el Museo de Historia del Arte de Viena (de estas dos instituciones proceden de 70 % de las tablas analizadas). Los especialistas pudieron clasificar a partir de los retratos once características de deficiencia maxilar y siete de prognatismo mandibular. El estudio comienza con María de Borgoña, esposa del emperador Maximiliano I de Habsburgo, que es quien presenta menos signos de deficiencia maxilar y prognatismo mandibular. Luego ha continuado con su hijo, Felipe el Hermoso, su padre, el propio emperador Maximilano I, y la esposa de Felipe, Juana de Castilla, y la investigación finaliza con Carlos II, último y desafortunado exponente de la dinastía en España.> CARLOS I DE ESPAÑA Y V DE ALEMANIA (1500-1558) ERA HIJO DE JUANA I DE CASTILLA Y FELIPE EL HERMOSO.
También se analizaron los retratos de Margarita de Austria, hermana de Felipe el Hermoso, que resultó ser la que presenta mayor grado de deficiencia maxilar, y le han seguido Carlos I e Isabel de Portugal, Felipe II. y sus esposas. Isabel de Valois y Ana de Austria, Felipe III y Margarita de Austria, y Felipe IV (el monarca con mayor grado de prognatismo, según el estudio) y sus dos esposas, Mariana de Austria (que era su sobrina) e Isabel de Austria. Borbón. Las dos primeras esposas de Felipe II, María de Portugal y María I de Inglaterra, no han sido analizadas porque los investigadores no pudieron encontrar retratos suficientemente fiables de ellas para sacar conclusiones.
Los Habsburgo formaron varias generaciones de matrimonios endogámicos cuyo principal El objetivo era asegurar la influencia de la familia en Europa desde el siglo XVI al XVIII, pero lo que no podían saber de ninguna manera es que precisamente lo que pensaban que los haría más poderosos era lo que acabaría con su dinastía a largo plazo. . Los autores del estudio concluyen que "las causas de la relación entre endogamia y deformidad facial aún no están claras; el principal efecto del apareamiento entre parientes es una mayor probabilidad de que la descendencia herede formas idénticas de un gen de ambos. Esto reduce la aptitud genética de los individuos, por lo que La 'mandíbula de Habsburgo' debe considerarse una condición recesiva."