La revuelta del látigo Fue una agitación militar en la Armada de Brasil, que tuvo lugar en Río de Janeiro, del 22 al 27 de noviembre de 1910.
La lucha contra los castigos físicos, los bajos salarios y las pésimas condiciones laborales son las principales causas de la revuelta.
Contexto histórico
En aquella época, cabe señalar que en la Armada de Brasil los marineros eran principalmente esclavos negros recién liberados. Estos fueron sometidos a una ardua rutina de trabajo a cambio de bajos salarios.
Cualquier insatisfacción era castigada y los oficiales mantenían la disciplina en los barcos mediante castigos físicos, de los cuales el “látigo” era el castigo más común.
A pesar de haber sido abolido en la mayoría de las fuerzas armadas del mundo, el castigo físico todavía era una realidad en Brasil.
El descontento de los marineros aumentó después de que los oficiales recibieron aumentos salariales, pero no los marineros.
Primera página del periódico Correio da Manhã, el 24 de noviembre de 1910.
Además, los nuevos y modernos acorazados que había encargado el gobierno brasileño, el "Minas Gerais" y el "São Paulo", requerían un número aún mayor de hombres para operar, sobrecargando a los marineros. Estos dos buques de guerra eran los más potentes y modernos de la flota brasileña.
Entonces, con el aumento de los sueldos de los oficiales y la creación de una nueva tabla de servicios que no llegaba a los rangos inferiores, algunos marineros comenzaron a planear una protesta.
El levantamiento
En la madrugada del 22 de noviembre de 1910, los marineros del acorazado "Minas Gerais" se rebelaron.
El detonante llegó tras presenciar el castigo al marinero Marcelino Rodrigues Menezes, azotado hasta desmayarse con 250 latigazos (lo normal era 25) por agredir a un oficial.
El levantamiento fue encabezado por el experimentado João Cândido Felisberto, Marinero negro y analfabeto. El motín terminó con la muerte del comandante del barco y otros dos oficiales, que se negaron a abandonar el buque de guerra.
Esa misma noche, el acorazado "São Paulo" se sumó al motín. En los días siguientes se sumaron al movimiento otros buques, como el "Deodoro" y el "Bahia", grandes buques de guerra.
A su vez, en Río de Janeiro, el presidente Hermes da Fonseca acababa de asumir el cargo y enfrentaba su primera crisis. Barcos rebeldes bombardearon la ciudad de Río de Janeiro para demostrar que no se escondían.
En una carta al gobierno, los rebeldes solicitaron:
- el fin del castigo corporal;
- mejores condiciones de alimentación y de trabajo;
- amnistía para todos los involucrados en el levantamiento.
Así, el 26 de noviembre, el presidente Marechal Hermes da Fonseca aceptó las demandas de los amotinados, poniendo fin a ese episodio de la revuelta.
Sin embargo, dos días después de la entrega de las armas, se decretó el “estado de sitio”, iniciándose la purga y encarcelamiento de aquellos marinos considerados indisciplinados.
Fin de la revuelta
João Cândido, tercero desde la izquierda, en el tercer día de la revuelta.
Los marineros fueron detenidos en la sede del Batallón Naval de Ilha das Cobras. Sintiéndose traicionados, los marineros se amotinaron el 9 de diciembre de 1910.
La respuesta del gobierno fue dura y la prisión fue bombardeada y destruida por el ejército, matando a cientos de marines y prisioneros.
Los amotinados, un total de 37 personas, fueron llevados a dos prisiones solitarias, donde murieron asfixiados. Sólo sobrevivieron João Cândido y otro compañero de lucha.
Como resultado, en 1911, quienes se unieron al movimiento ya habían sido asesinados, encarcelados o expulsados del servicio militar. Muchos de los involucrados fueron enviados a campos de trabajos forzados en las plantaciones de caucho del Amazonas y en la construcción del ferrocarril Madeira-Mamoré.
Como resultado, el conflicto dejó más de doscientos muertos y heridos entre los amotinados, de los cuales unos dos mil fueron expulsados tras la revuelta. En la parte legalista murieron unas doce personas, entre oficiales y marineros.
En cuanto al líder, João Cândido, después de sobrevivir a la prisión y ser exonerado, fue considerado desequilibrado e internado en un hospicio. Por su audacia, la prensa de la época lo llamó el Almirante Negro.
Sería absuelto de los cargos de conspiración el 1 de diciembre de 1912, pero fue expulsado de la Marina.
Sobrevivió como pescador y vendedor hasta que el periodista Edmar Morel rescató su historia del olvido y publicó el libro "La revuelta del látigo ", en 1959.
Recién el 23 de julio de 2008, el gobierno brasileño entendió que las causas de la revuelta eran legítimas y concedió amnistía a los marineros involucrados.
Curiosidades
- La Revuelta del Látigo se inspiró en el motín de los marineros de la Armada Imperial Rusa, llevado a cabo en el acorazado Potemkin, en 1905.
- La canción "El Maestro de los Mares ", compuesta por João Bosco y Aldir Blanc, en 1975, fue realizada en honor al líder de la Revolta da Chibata. La letra fue censurada por el régimen militar.
- Actualmente, hay una estatua de João Cândido en la Praça XV, en Río de Janeiro, colocada allí en 2008.
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