1. Disminución de las tasas de mortalidad:
Los avances en medicina, saneamiento y condiciones de vida llevaron a una disminución significativa de las tasas de mortalidad durante la Revolución Industrial. La mejora de la nutrición, el desarrollo de vacunas y mejores prácticas de higiene redujeron los casos de enfermedades mortales como la viruela, el cólera y la tuberculosis. Como resultado, la esperanza de vida promedio aumentó, lo que contribuyó al crecimiento general de la población.
2. Mejores niveles de vida:
La Revolución Industrial trajo consigo nuevas tecnologías y un aumento de la productividad en diversas industrias, lo que mejoró el nivel de vida de muchas familias. Esto permitió que las personas pudieran permitirse mejores alimentos, vivienda y atención médica, lo que redujo aún más las tasas de mortalidad y aumentó la población en general.
3. Migración y Urbanización:
La industrialización condujo a la creación de fábricas y oportunidades de empleo en los centros urbanos, atrayendo a personas de las zonas rurales. Este proceso de urbanización llevó a una concentración de la población en las ciudades.
4. Avance tecnológico en la agricultura:
Los avances tecnológicos en técnicas y maquinaria agrícolas durante la Revolución Agrícola aumentaron la producción de alimentos y redujeron la cantidad de personas necesarias para trabajar en la agricultura. Esto permitió que una mayor proporción de la población se dedicara a otras industrias, impulsando aún más el crecimiento económico y la expansión demográfica.
5. Descubrimientos médicos:
Los descubrimientos médicos, como la vacunación, los antibióticos y los avances en las medidas de salud pública, provocaron una disminución significativa de las tasas de mortalidad infantil y infantil. Esto resultó en que más personas sobrevivieran hasta la edad adulta y, en consecuencia, aumentara la población general.