1. La economía del Sur se basaba en la agricultura, no en la industria. La economía del Sur dependía en gran medida del cultivo de cultivos comerciales como el algodón, el tabaco y el arroz. Estos cultivos se cultivaban en grandes plantaciones trabajadas por afroamericanos esclavizados. La economía de plantaciones no propiciaba el desarrollo industrial, ya que el Sur carecía de la infraestructura, el capital y la mano de obra necesarios para apoyar la industrialización.
2. Los sureños temían que la industrialización condujera a la abolición de la esclavitud. Muchos sureños creían que la industrialización conduciría al surgimiento de una fuerza laboral libre, lo que socavaría la institución de la esclavitud. También temían que la industrialización atrajera a inmigrantes del norte al sur, quienes traerían consigo ideas abolicionistas.
3. Los sureños sospechaban del gobierno federal. Los sureños tenían una larga historia de desconfianza hacia el gobierno federal, al que veían como una amenaza a los derechos de sus estados. Temían que el gobierno federal usara su poder para promover la industrialización y socavar la economía del Sur.
Como resultado de estos factores, los sureños generalmente se oponían a las propuestas para construir una economía fuerte que dependiera de la industrialización y la intervención federal. Creían que estas propuestas dañarían su economía, amenazarían su forma de vida e infringirían los derechos de sus estados.
A continuación se muestran algunos ejemplos específicos de propuestas para construir una economía fuerte a las que se opusieron los sureños:
* Los sureños se opusieron al Arancel de 1828, que imponía aranceles elevados a los productos importados, porque elevaba el costo de los productos manufacturados que necesitaban comprar.
* Los sureños se opusieron al Banco Nacional, que se estableció en 1816 para ayudar a financiar la guerra de 1812, porque temían que le daría al gobierno federal demasiado poder sobre la economía.
* Los sureños se opusieron a la Ley de Mejoras Internas de 1824, que proporcionó financiación federal para proyectos de infraestructura como carreteras, canales y puentes porque temían que beneficiaría más al Norte que al Sur.
Estos son sólo algunos ejemplos de las muchas propuestas para construir una economía fuerte a las que se opusieron los sureños en las primeras décadas del siglo XIX. Su oposición a estas propuestas ayudó a retrasar el desarrollo de la economía del Sur y contribuyó al creciente conflicto entre el Norte y el Sur que finalmente condujo a la Guerra Civil.