Grupos religiosos: Algunos grupos religiosos se oponen a los xenotrasplantes alegando que violan el orden natural o son una afrenta a Dios. Por ejemplo, la Iglesia católica ha expresado reservas sobre los xenotrasplantes, argumentando que podrían conducir a una pérdida de respeto por la vida humana.
Grupos ambientalistas: A estos grupos les preocupa que los xenotrasplantes puedan conducir a la introducción de nuevas enfermedades en el medio ambiente o que puedan alterar el equilibrio ecológico. También argumentan que los xenotrasplantes son un desperdicio de recursos y que existen otras formas de tratar enfermedades sin recurrir a órganos animales.
Grupos de salud pública: A estos grupos les preocupa que los xenotrasplantes puedan provocar la propagación de enfermedades de los animales a los humanos. También argumentan que no hay datos suficientes para garantizar la seguridad de los xenotrasplantes y que es prematuro avanzar con los ensayos clínicos.
Grupos de defensa de pacientes: Algunos grupos de defensa de los pacientes se oponen a los xenotrasplantes con el argumento de que podrían provocar discriminación contra los pacientes que reciben órganos de animales. También les preocupa que los xenotrasplantes puedan ser una opción de tratamiento costosa e ineficaz y que puedan desviar recursos de otros tratamientos más prometedores.