Cansancio de la guerra: Estados Unidos había estado muy involucrado en la guerra durante más de un año y había sufrido pérdidas importantes. El público estadounidense estaba cansado de los combates y quería volver a la paz.
Consideraciones económicas: La guerra había sido una carga para la economía estadounidense. El gobierno se había endeudado mucho para financiar el esfuerzo bélico y la deuda nacional había aumentado dramáticamente. Existía el deseo de reducir el gasto público y equilibrar el presupuesto.
Cambios sociales y culturales: La guerra había provocado importantes cambios sociales y culturales en Estados Unidos. Las mujeres habían ganado más independencia y autonomía durante la guerra y había una demanda creciente de reformas sociales y políticas. El deseo de volver a la normalidad también fue una reacción a estos cambios.
Sentimiento aislacionista: Hubo un fuerte sentimiento aislacionista en Estados Unidos después de la Primera Guerra Mundial. Muchos estadounidenses creían que Estados Unidos debería mantenerse al margen de los asuntos europeos y centrarse en sus propios asuntos internos. Este sentimiento contribuyó al deseo de un retorno a la "normalidad" y un papel reducido de Estados Unidos en los asuntos internacionales.
Liderazgo político: El presidente Warren G. Harding, elegido en 1920, hizo campaña con una plataforma de "regreso a la normalidad". Las políticas de Harding reflejaron el deseo generalizado de volver a las condiciones anteriores a la guerra.