La Proclamación tenía varios objetivos:reorganizar la administración de los territorios recién adquiridos, establecer una política para la venta de tierras y la regulación del comercio, y definir los límites de las nuevas colonias británicas.
La Proclamación fue impopular entre muchos colonos, que la vieron como una infracción de sus derechos y libertades. La Proclamación también provocó conflictos con las tribus nativas americanas, que estaban descontentas con los intentos del gobierno británico de controlar sus tierras y su comercio.
Además, la Proclamación no fue eficaz para impedir los asentamientos más allá de los Apalaches, ya que muchos colonos continuaron avanzando hacia el oeste.
A pesar de estos desafíos, la Proclamación tuvo algunos éxitos. Ayudó a establecer la autoridad británica en los territorios recién adquiridos y a prevenir conflictos entre los colonos británicos y los nativos americanos. También ayudó a regular la venta de tierras y el comercio de pieles, lo que contribuyó al crecimiento de la economía británica.
En general, la Proclamación de 1763 fue un éxito desigual para el gobierno británico. Si bien tuvo algunos éxitos, también tuvo varias limitaciones y no pudo alcanzar completamente sus objetivos.