Con el tiempo se fue generalizando el uso de tiras de seguridad en el dinero. Se desarrollaron varias tecnologías, incluido el uso de hilos o tiras metalizadas con diseños intrincados, que añadían una capa adicional de seguridad y protegían contra la falsificación.
En la década de 1840, el Banco de Inglaterra comenzó a incrustar hilos de seda en sus billetes, que eran difíciles de replicar con precisión sin herramientas y materiales especializados. A principios del siglo XX, muchos países de todo el mundo adoptaron el uso de franjas de seguridad en su moneda.
Hoy en día, las tiras e hilos de seguridad avanzados desempeñan un papel crucial en la autenticación de los billetes. Pueden incluir diversas características, como hologramas, microimpresión, tinta que cambia de color y diseños reactivos a los rayos ultravioleta (UV), lo que dificulta su replicación y agrega otra capa de protección para disuadir a los falsificadores.