1. Falta de Sufragio: A las mujeres se les negó el derecho al voto en la mayoría de los estados. El sufragio, o derecho a votar, estaba reservado principalmente a los ciudadanos varones blancos. Esta restricción excluyó efectivamente a las mujeres del proceso político y les impidió influir directamente en las decisiones gubernamentales.
2. Limitaciones legales: Varias leyes y regulaciones limitaron los derechos y el estatus legal de las mujeres. Por ejemplo, las mujeres casadas eran consideradas dependientes legales de sus maridos, con control limitado sobre sus propiedades y finanzas. Esta falta de autonomía jurídica obstaculizó su capacidad para participar en actividades políticas.
3. Normas culturales y sociales: Las normas y expectativas sociales influyeron mucho en los roles y oportunidades de las mujeres. Se consideraba que las mujeres eran principalmente responsables de las tareas domésticas y de criar a los hijos, y se las estimulaba poco para que participaran en la política o los asuntos públicos. Estas normas culturales dificultaron que las mujeres se liberaran de los roles de género tradicionales y participaran en la política.
4. Falta de educación y oportunidades: Las mujeres tenían un acceso limitado a la educación y la capacitación formal, lo que obstaculizaba su capacidad para adquirir los conocimientos y habilidades necesarios para la participación política. Las instituciones educativas a menudo estaban dominadas por hombres y con frecuencia se disuadía a las mujeres de seguir una educación superior o una carrera en política.
5. Partidos y Organizaciones Políticas: Los partidos y organizaciones políticos estaban mayoritariamente dominados por hombres y las mujeres a menudo eran excluidas de puestos de liderazgo o funciones de toma de decisiones. Esto limitó su capacidad para influir en las plataformas o políticas del partido.
6. Representación en los medios: Las mujeres estaban en gran medida subrepresentadas o tergiversadas en los medios de comunicación, lo que reforzaba los estereotipos y restaba importancia a sus contribuciones a la sociedad. Esta falta de visibilidad marginó aún más a las mujeres y les dificultó obtener reconocimiento político.
Estas restricciones impidieron colectivamente que las mujeres participaran plenamente en la política y tuvieran voz y voto en la configuración de las políticas que afectaban sus vidas. No fue hasta finales del siglo XIX y principios del XX que se lograron avances significativos para abordar estas limitaciones y garantizar el sufragio y la igualdad de derechos de las mujeres.