- Sentimiento aislacionista: Estados Unidos tenía una larga tradición de aislacionismo y evitaba involucrarse en conflictos extranjeros. Muchos estadounidenses creían que la guerra era un asunto europeo y que no era lo mejor para el país involucrarse.
-Neutralidad: Al comienzo de la guerra, el presidente Wilson declaró que Estados Unidos era neutral y muchos estadounidenses apoyaron esta posición. Creían que era importante que el país se mantuviera imparcial y evitara tomar partido en el conflicto.
-Pacifismo: En Estados Unidos existía un fuerte movimiento pacifista que se oponía a la guerra por motivos morales y religiosos. Los pacifistas creían que la guerra nunca estaba justificada y que siempre era mejor resolver los conflictos por medios pacíficos.
-Falta de amenaza directa: Al comienzo de la guerra, Estados Unidos no estaba directamente amenazado por ninguno de los beligerantes. Muchos estadounidenses no vieron ninguna razón para involucrarse en un conflicto que parecía distante y sin relación con sus propios intereses nacionales.
-Inmigración: Estados Unidos tenía una gran población de inmigrantes y muchos inmigrantes se mostraban reacios a apoyar una guerra contra sus países de origen. Esto fue particularmente cierto para los alemanes-estadounidenses, que constituían una porción significativa de la población en muchas ciudades.