Una preocupación era que el compromiso alteraría el equilibrio de poder entre los estados libres y esclavistas en el Senado. Con la incorporación de Missouri como estado esclavista y Maine como estado libre, el Senado quedaría dividido equitativamente entre las dos partes. Esto podría dificultar la aprobación de legislación relacionada con la esclavitud, ya que ambas partes tendrían la misma voz en el asunto.
Otra preocupación era que el Compromiso de Missouri no impediría eficazmente la propagación de la esclavitud a nuevos territorios. El compromiso prohibía la esclavitud al norte del paralelo 36°30´, pero permitía que continuara en los territorios al sur de esa línea. Esto significó que la esclavitud aún podría expandirse a nuevas áreas adquiridas por Estados Unidos, como Texas y el suroeste.
Finalmente, algunos blancos simplemente no querían que se aboliera la esclavitud en absoluto. Creían que la esclavitud era una parte necesaria de la economía del Sur y estaban dispuestos a luchar para protegerla. Estos individuos vieron el Compromiso de Missouri como una amenaza a su forma de vida y temieron que eventualmente condujera a la emancipación de todos los esclavos en los Estados Unidos.
Además de estas preocupaciones específicas, también había una sensación general de ansiedad e incertidumbre entre algunos blancos sobre el futuro del país. Estados Unidos era una nación joven y todavía estaba luchando por definir su identidad y su papel en el mundo. El Compromiso de Missouri representó un importante punto de inflexión en la historia de la nación y no estaba claro lo que depararía el futuro. Esta sensación de incertidumbre e inquietud contribuyó al resentimiento y el miedo que muchos blancos sentían hacia el compromiso.