Machupicchu, esa hermosa y mágica ciudadela construida en lo alto de una montaña en Perú, ha hecho historia en el mundo desde su “descubrimiento” por el profesor estadounidense Hiram Bingham y, más aún, desde que fue reconocida como Maravilla del Mundo. Sin embargo, su verdadera historia seguía siendo, hasta ahora, desconocida. Sólo se estudió e investigó la estructura arquitectónica de la ciudadela, su construcción se atribuyó, sin mayores evidencias, al Inka Pachakuteq y se especuló mucho sobre su origen, funciones y decadencia. Actualmente se debate si es propiedad privada de unos ricos agricultores cusqueños o si es un bien cultural que pertenece al Estado peruano.

Examinemos la primera hipótesis.
En primer lugar, la construcción de Machupicchu se inició aproximadamente entre los años 1385-86, es decir, cuando Pachakuteq (1387-1471) era aún un niño. Su construcción debió durar unos 20 o 30 años de arduo trabajo por parte de miles de campesinos esclavizados (Yanakunas y mitmakunas).
En segundo lugar, y esta evidencia es irrefutable, Wiracocha el Inka adoptó como su ascendente y protector (Tótem) al Cóndor, ave majestuosa y tradicional de los Andes peruanos y lo hizo representar y adorar en el Cusco en una roca llamada “Kunturqaqa”. (La Roca del Cóndor) tal y como la describe Garcilaso en sus Comentarios Reales. Asimismo, ordenó a sus arquitectos e ingenieros diseñar la construcción de la ciudadela en la cima del “cerro viejo” dándole la forma del mencionado ave andina como se puede observar en las fotografías tomadas desde la cima del Wayna Picchu. También ordenó la construcción, cerca del Templo del Sol, de un templo dedicado especialmente a la veneración del ave (El Templo del Cóndor).



Finalmente, cuando Pachakuteq ordenó el desalojo de Machupicchu (o tal vez antes) ordenó la construcción de otra ciudadela para su lugar de descanso y recreación. Eligió un sitio cercano con características geomorfológicas similares a Machupicchu y pidió a sus arquitectos e ingenieros que diseñaran la ciudadela con la forma de un puma, su tótem favorito. Una vez construida la mencionada ciudadela, le puso el nombre de Choquequirao (Cuna de Oro), nombre en honor a su abuela Choque Chiqlla Yupay (Joya Preciosa de Oro). y trasladó todo el oro, plata y otros adornos (orfebrería, cerámica y textiles) de Machupicchu a Choquequirao para embellecer la ciudad. Esta nueva ciudadela se convirtió, casi cien años después, en el bastión de resistencia de los últimos Inkas del Tawantinsuyo. Fue el lugar donde por más de 36 años (1536 – 1572) los destronados reyes Inkas (Manko, Sayri Túpac, Titu Kusi Yupanqui y Túpac Amaru I, ofrecieron tenaz resistencia a los invasores europeos. Luego de la despiadada ejecución de Túpac Amaru (I ), de su esposa e hijos por los españoles, la ciudadela fue abandonada, sus hermosas construcciones se fueron deteriorando y fueron cubiertas por una densa vegetación. Una pequeña parte del oro y la plata de Choquequirao pasó a cubrir el rescate que Atao Wallpa pagó a Pizarro. y la mayoría de los objetos valiosos fueron transportados en secreto a un lugar que hasta el día de hoy permanece desconocido. Se cree que este lugar se llamaba “Paytiti”, nombre que alude al desprecio por la voracidad española y cuyo significado sería: “Dadles sólo plomo” y no oro ni plata. [email protected]
"MACHUPICCHU" - PRESENTACIÓN DE UN...
Más presentaciones de Rafael MorenoResumen del autor
Julio Valdivia Carrasco. Nació en Ayacucho -Perú, en el año 1941. Estudió filosofía en la Universidad Nacional de San Cristóbal de Huamanga, Ayacucho. Enseñó en varias universidades del Perú, incluida la Universidad Nacional Mayor de San Marcos. Fue uno de los fundadores de la Facultad de Ciencias Histórico-Sociales y de la Educación de la Universidad Nacional Pedro Ruiz Gallo de Lambayeque, donde se desempeñó como Decano de dicha Facultad. Ahora retirado de la docencia, continúa su investigación en el campo de la filosofía, las ciencias sociales y la historia.