Los primeros esclavos africanos a Virginia llegaron en 1619, cuando un barco holandés trajo a la colonia a un grupo de 20 africanos. Estos africanos fueron vendidos a colonos ingleses como sirvientes contratados, pero pronto fueron sometidos a las mismas duras condiciones que otros esclavos de la colonia. A medida que aumentó la demanda de mano de obra en Virginia, también creció el número de esclavos africanos importados.
A mediados del siglo XVII, había más esclavos africanos en Virginia que colonos blancos. La población de esclavos siguió creciendo durante el período colonial y, en 1800, había casi 300.000 esclavos africanos en Virginia.
La mayoría de los esclavos africanos en Virginia estaban empleados en la agricultura, en plantaciones de tabaco y otras granjas. También fueron utilizados como sirvientes domésticos y en otros oficios calificados. Los esclavos africanos fueron sometidos a malos tratos y abusos, y no tenían derechos ante la ley.
Además de los esclavos que fueron traídos directamente de África, también hubo varios esclavos que nacieron en Virginia. Estos esclavos eran hijos de esclavos africanos que habían sido traídos a la colonia. Los hijos de esclavos eran considerados automáticamente esclavos y, a menudo, eran vendidos a nuevos dueños cuando eran jóvenes.
La trata de esclavos fue una parte importante de la economía de Virginia y tuvo un profundo impacto en las vidas de los esclavos africanos en la colonia. La trata de esclavos también contribuyó al desarrollo de un sistema de castas raciales en Virginia, que persistió mucho después de la abolición de la esclavitud.