Antes de la Segunda Guerra Mundial, la mayor parte de la fabricación que se realizaba en Estados Unidos se realizaba en el noreste y el medio oeste. Sin embargo, el esfuerzo bélico creó una necesidad de cantidades masivas de material, y esta necesidad no pudo ser satisfecha con la base industrial existente. Como resultado, el gobierno fomentó la construcción de nuevas fábricas en otras partes del país, particularmente en el oeste y el sur. Esto condujo a un cambio significativo en la ubicación de la industria estadounidense que continuó después de la guerra.
Uno de los factores más importantes en el cambio de la industria en tiempos de guerra fue la necesidad de seguridad. Las costas del Noreste y Medio Oeste eran vulnerables a los ataques de submarinos y aviones enemigos, por lo que fue necesario dispersar la producción industrial hacia las zonas del interior. El gobierno también consideró la disponibilidad de recursos naturales, infraestructura de transporte y mano de obra en sus decisiones sobre dónde ubicar nuevas fábricas.
La construcción de nuevas fábricas y la expansión de las existentes crearon empleos e impulsaron las economías de muchas comunidades en todo Estados Unidos. Sin embargo, también provocó algunos problemas sociales y ambientales, como el hacinamiento, la contaminación y la pérdida de tierras de cultivo.
El cambio en la ubicación de la industria estadounidense durante la Segunda Guerra Mundial tuvo varios efectos a largo plazo:
* Ayudó a diversificar la economía estadounidense y hacerla menos dependiente de unas pocas industrias.
* Condujo al desarrollo de nuevos centros industriales en el Oeste y el Sur.
* Creó empleos e impulsó las economías de muchas comunidades en todo Estados Unidos.
* También generó algunos problemas sociales y ambientales.