Quienes simpatizaban con la posición del Sur argumentaron que la esclavitud era un mal necesario y esencial para la economía del Sur. Creían que si se abolía la esclavitud, la economía del Sur colapsaría y el Sur se hundiría en el caos. También argumentaron que liberar a los esclavos sería injusto para los dueños de esclavos, que habían invertido una gran cantidad de dinero en sus esclavos.
Quienes se oponían a la esclavitud por motivos morales argumentaban que era una violación de los derechos humanos y que debía ser abolida inmediatamente. Creían que la esclavitud era un pecado y que no debía tolerarse en una sociedad civilizada. También argumentaron que liberar a los esclavos sería beneficioso para el Sur, ya que les permitiría desarrollar una economía más diversificada y competir con el Norte en condiciones de mayor igualdad.
Aquellos que eran indiferentes a la cuestión de la esclavitud sintieron que no les correspondía interferir en los asuntos internos del Sur. Creían que la cuestión de la esclavitud debería dejarse en manos de los estados y que el gobierno federal no debería involucrarse.
En última instancia, la cuestión de la esclavitud fue uno de los principales factores que llevaron a la Guerra Civil estadounidense. La guerra comenzó en 1861 y duró cuatro años. La guerra resultó en la abolición de la esclavitud y la reunificación de los Estados Unidos.