La costa atlántica proporcionaba numerosos estuarios y ríos, lo que hacía que la navegación fuera relativamente fácil para el comercio. La costa ofrecía acceso al pescado, que era una fuente de alimento básico. Las zonas costeras también tenían suelos más fértiles que el interior, lo que permitió a muchos colonos utilizar cultivos comerciales para obtener beneficios económicos.
Clima
Las colonias del sur experimentaron una larga temporada de crecimiento, lo que permitió a los propietarios de las plantaciones cultivar numerosos cultivos comerciales. Las temperaturas cálidas y la humedad también provocaron un crecimiento más rápido de las plantas, lo que permitió a los propietarios producir más cultivos en un año. Los veranos calurosos y húmedos también hicieron que los plantadores del sur dependieran más de esclavos africanos que tenían mayor inmunidad a la malaria y otras enfermedades tropicales que los europeos.