La Doctrina Monroe supuso un importante punto de inflexión en la política exterior estadounidense. Marcó un cambio de una política de aislacionismo a una de participación activa en los asuntos internacionales. También estableció a Estados Unidos como un actor importante en el hemisferio occidental.
La Doctrina Monroe ha sido invocada muchas veces a lo largo de los años para justificar la intervención estadounidense en América Latina. Algunos de los ejemplos más notables incluyen la Guerra Hispano-Estadounidense, la Guerra México-Estadounidense y la Crisis de los Misiles Cubanos.