1. Agresión nazi y abusos de los derechos humanos: Las agresivas políticas expansionistas de Alemania bajo el liderazgo de Adolf Hitler, en particular la invasión de Polonia en septiembre de 1939, conmocionaron a muchos estadounidenses y despertaron preocupaciones sobre las posibles consecuencias de un poder alemán desenfrenado. Los informes sobre las atrocidades nazis, incluida la persecución sistemática y el genocidio de judíos y otros grupos vulnerables, alimentaron aún más la indignación pública y el apoyo a la acción contra el régimen nazi.
2. Amenazas percibidas a la seguridad nacional: El hundimiento de varios buques estadounidenses, incluido el destructor USS Greer y el buque de pasajeros SS Athenia, por submarinos alemanes en las primeras etapas de la guerra generó temores sobre la seguridad de las rutas marítimas y marítimas estadounidenses. Además, la expansión del control alemán en Europa y la caída de Francia en 1940 generaron preocupaciones sobre posibles amenazas a la propia seguridad de Estados Unidos.
3. Consideraciones económicas: Aunque inicialmente Estados Unidos siguió una política de neutralidad, también proporcionó un apoyo económico considerable a Gran Bretaña y otras potencias aliadas a través de programas como la Ley de Préstamo y Arrendamiento. A medida que avanzaba la guerra, hubo crecientes llamados de empresas y formuladores de políticas estadounidenses para tomar medidas más directas para proteger sus intereses económicos y salvaguardar el acceso a recursos y mercados vitales.
4. Suavizamiento del sentimiento aislacionista: Si bien Estados Unidos había seguido tradicionalmente una política aislacionista, la opinión pública cambió gradualmente a medida que las noticias sobre las atrocidades nazis, la difícil situación de las naciones aliadas y las implicaciones estratégicas del expansionismo alemán se hicieron más ampliamente conocidas. Los sentimientos aislacionistas comenzaron a debilitarse cuando muchos estadounidenses llegaron a la conclusión de que ya no se podía ignorar la guerra y que Estados Unidos tenía la responsabilidad moral y estratégica de intervenir.
5. Propaganda de guerra: Tanto la administración Roosevelt como varias organizaciones pro guerra llevaron a cabo campañas para influir en la opinión pública y generar apoyo para la intervención estadounidense. El uso de propaganda y mensajes de los medios jugó un papel importante en la configuración de las percepciones públicas de la guerra y la creación de un sentido de urgencia sobre la necesidad de actuar contra la Alemania nazi.
Es importante señalar que, si bien hubo un apoyo creciente a la participación estadounidense en la guerra, también hubo una oposición significativa a la intervención directa, especialmente antes del ataque a Pearl Harbor en diciembre de 1941. La decisión de entrar en la Segunda Guerra Mundial fue, en última instancia, una decisión compleja y multifacética. uno, influenciado por una combinación de factores que iban desde preocupaciones morales y éticas hasta consideraciones estratégicas y políticas internas.