* Diversidad étnica y lingüística: El Imperio austríaco era un estado multiétnico que incluía muchas nacionalidades e idiomas diferentes. Esta diversidad a menudo provocó tensiones entre los diferentes grupos, y muchas regiones sintieron que estaban siendo dominadas por la mayoría de habla alemana.
* Disparidades económicas: El Imperio austríaco también era un estado altamente centralizado, con gran parte del poder económico concentrado en la capital, Viena. Esto dejó a muchas regiones sintiéndose abandonadas y empobrecidas.
* Represión política: El Imperio austríaco también era un estado relativamente autoritario y muchas regiones sentían que carecían de representación política y autogobierno. Esto provocó una serie de rebeliones y levantamientos en todo el imperio.
Como resultado de estos factores, muchas regiones del Imperio austríaco finalmente obtuvieron independencia o autonomía después del colapso del imperio en 1918.