1. Mejora de los servicios públicos: Los progresistas creían que los gobiernos locales deberían desempeñar un papel más activo en la prestación de servicios públicos esenciales, como agua potable, saneamiento, transporte público, parques y recreación, y educación. Buscaron ampliar y mejorar estos servicios para satisfacer las necesidades de la creciente población urbana.
2. Reducir la corrupción y las maquinarias políticas: Los reformadores progresistas criticaron la corrupción y las maquinarias políticas que controlaban muchos gobiernos locales. Su objetivo era romper el poder de estas máquinas mediante la introducción de sistemas de gobernanza transparentes y responsables, incluidas reformas de la función pública, elecciones no partidistas y una mayor participación pública.
3. Abordar cuestiones de bienestar social: Los reformadores progresistas reconocieron la necesidad de abordar los problemas sociales y económicos que enfrentan los residentes urbanos, como la pobreza, el desempleo, la mala vivienda y la falta de atención médica. Impulsaron iniciativas de los gobiernos locales, como programas de bienestar social, vivienda pública y regulaciones laborales para mejorar las vidas de los miembros más vulnerables de la comunidad.
4. Promoción del compromiso cívico: Los progresistas creían en la importancia de la participación ciudadana activa en la gobernanza local. Buscaban aumentar la participación de los votantes, fomentar la participación ciudadana en los procesos de toma de decisiones y ampliar las oportunidades para la aportación y retroalimentación del público.
5. Descentralización y empoderamiento vecinal: Los reformadores progresistas abogaron por descentralizar el poder y la toma de decisiones hacia los vecindarios y comunidades locales. Su objetivo era dar a los ciudadanos más control sobre sus asuntos locales y empoderarlos para abordar cuestiones que afectaban directamente a sus vecindarios.
Estos objetivos de reformas progresistas a nivel local eran parte de un movimiento más amplio para mejorar las vidas de los residentes urbanos y promover la justicia social y la democracia en las ciudades estadounidenses.