Una de las principales críticas estuvo dirigida a la venta de indulgencias, que se referían a la práctica de conceder la remisión de los pecados o el acortamiento del tiempo en el purgatorio a cambio de aportaciones económicas. Lutero argumentó que esta práctica contradecía la idea de la salvación sólo mediante la fe, ya que sugería que uno podía comprar el perdón de los pecados en lugar de depender únicamente de la gracia de Dios.
Lutero también criticó el énfasis de la Iglesia en la autoridad del Papa y la jerarquía de la Iglesia Católica, argumentando que la Biblia debería ser la única autoridad en cuestiones de fe. Propuso el concepto del sacerdocio de todos los creyentes, afirmando que cada individuo tenía acceso directo a Dios a través de la fe, sin necesidad de intermediarios como los sacerdotes o el Papa.
También se criticaron la práctica del celibato clerical y la acumulación de riqueza y poder político por parte de la Iglesia. Algunos reformadores abogaron por un enfoque más simple y espiritual del cristianismo, rechazando las elaboradas ceremonias y rituales que habían prevalecido en la Iglesia católica.
Fueron estas críticas y llamados a la reforma las que llevaron al establecimiento de la primera religión protestante principal, el luteranismo. Las noventa y cinco tesis de Lutero, publicadas en 1517, provocaron un movimiento religioso que se extendió por toda Europa y finalmente condujo a la formación de iglesias protestantes que rompieron con la autoridad de la Iglesia católica.
En resumen, las prácticas de la Iglesia Católica, particularmente la venta de indulgencias, el énfasis en la autoridad papal, el celibato clerical y la acumulación de riqueza y poder, fueron los principales temas de crítica que llevaron al establecimiento de la primera religión protestante principal, el luteranismo. . Estas críticas cuestionaron aspectos fundamentales de la teología y las prácticas católicas, lo que en última instancia resultó en la Reforma Protestante y el surgimiento de varias denominaciones protestantes.