En biología, los rasgos atávicos pueden manifestarse como rasgos físicos, estructuras anatómicas o patrones de comportamiento que se asemejan a los de ancestros antiguos, aunque estos rasgos hayan sido suprimidos o perdidos en las generaciones intermedias. Estos atavismos permiten vislumbrar el pasado evolutivo de una especie y pueden arrojar luz sobre el proceso de evolución de los rasgos.
Los rasgos atávicos pueden surgir debido a diversos factores, como mutaciones genéticas o la activación de genes latentes que se han conservado en el genoma. Pueden ofrecer información sobre la diversidad genética y las relaciones evolutivas dentro de una especie o grupo de organismos, ayudando a los investigadores a comprender la historia del desarrollo de rasgos y la preservación de características ancestrales a lo largo del tiempo.
Ejemplos de rasgos atávicos incluyen la aparición de pezones adicionales o la presencia de una estructura similar a una cola en los humanos, extremidades traseras vestigiales en ballenas y delfines, y el desarrollo de rayas o manchas en ciertas razas de caballos que se asemejan a los patrones del pelaje de sus ancestros salvajes.
En un sentido más amplio, el término "atávico" también puede usarse en sentido figurado para describir características, creencias o comportamientos considerados obsoletos, primitivos o pertenecientes a una época pasada.