El veredicto histórico sobre Wilhelm es en general negativo. El historiador John C. G. Röhl lo llamó "uno de los grandes inadaptados políticos de la historia moderna", citando su temperamento errático e impulsivo, que exacerbó muchas crisis políticas al antagonizar con potencias extranjeras. Otros historiadores modernos, como Christopher Clark, sostienen que Wilhelm tenía sólo un poder limitado y poca responsabilidad directa en la mayoría de las decisiones que condujeron a la Primera Guerra Mundial y a la eventual derrota de Alemania.
En general, si bien algunos historiadores defienden a Wilhelm por haber intentado mantener la paz, en la historia se le recuerda comúnmente como un diplomático inepto y un déspota impulsivo, cuya agresión militar y belicismo finalmente condujeron a una derrota y humillación catastróficas.