1. Ideales de la Ilustración: Muchos estadounidenses se inspiraron en los principios de la Ilustración sobre los que se fundó la Revolución Francesa. Estos principios, como la libertad, la igualdad y la soberanía del pueblo, se alineaban estrechamente con los valores de la Revolución Americana y la nueva nación americana.
2. Sensación de libertad: La exitosa Revolución Americana había imbuido a los estadounidenses de un fuerte sentido de libertad y libertad, y muchos vieron la Revolución Francesa como una oportunidad para que otra nación lograra independencia y autodeterminación similares.
3. Causa común: La Revolución Francesa compartió similitudes con la Revolución Americana, ya que ambas fueron impulsadas por el deseo de derrocar regímenes opresivos y establecer sistemas más democráticos. Este sentido de causa común ayudó a generar simpatía entre los estadounidenses.
4. Alianza Franco-Americana: Estados Unidos tenía una fuerte relación con Francia que incluía un tratado conocido como la Alianza Franco-Estadounidense, firmado en 1778. La alianza se forjó durante la Guerra Revolucionaria Estadounidense, cuando Francia brindó un apoyo vital a la causa estadounidense y continuó influyendo en la amistad y admiración entre las dos naciones.
5. Inspiración política: Muchos líderes políticos y pensadores estadounidenses vieron la Revolución Francesa como un ejemplo a seguir, imaginando un futuro en el que los principios de la Revolución podrían aplicarse en su propio país para fortalecer aún más los ideales democráticos.
6. Atracción cultural e intelectual: El fermento intelectual y los avances culturales de la Revolución Francesa también fascinaron a muchos estadounidenses. La difusión de las ideas de la Ilustración, los avances científicos y las innovaciones artísticas despertaron la admiración de los estadounidenses que buscaban una atmósfera intelectual vibrante en su propia sociedad.
Sin embargo, a medida que la Revolución se desarrolló y se volvió más radical y violenta, y a medida que surgieron conflictos entre sus partidarios y oponentes, el entusiasmo estadounidense disminuyó, lo que eventualmente llevó a divisiones dentro de la sociedad estadounidense sobre cómo responder al curso cambiante de los acontecimientos en Francia.