Falta de una estrategia clara. Inicialmente, los británicos intentaron reprimir la rebelión, pero carecían de un plan claro sobre cómo hacerlo. También subestimaron la fuerza y determinación de los colonos americanos.
Falta de apoyo del pueblo estadounidense. Muchos estadounidenses fueron inicialmente leales a la Corona británica, pero a medida que la guerra se prolongaba, la opinión pública se volvió contra los británicos. Esto se debió a una serie de factores, incluido el uso británico de la fuerza contra civiles estadounidenses y la aprobación de las Leyes Coercitivas.
La alianza francesa. Francia entró en la guerra del lado de los estadounidenses en 1778. Esto les dio a los estadounidenses un aliado muy necesario y también ayudó a agotar el tesoro británico.
La guerra de desgaste. La Guerra Revolucionaria fue un conflicto largo y sangriento, y cobró un alto precio en ambos bandos. Los británicos finalmente no pudieron soportar sus pérdidas y se vieron obligados a rendirse en 1783.
La Guerra de la Independencia fue un conflicto complejo y hay muchos otros factores que contribuyeron a la derrota británica. Sin embargo, los factores enumerados anteriormente fueron algunos de los más importantes.