La Compra de Luisiana fue un acuerdo de tierras entre Estados Unidos y Francia en 1803, en el que Estados Unidos adquirió casi 828.000 millas cuadradas del territorio de Luisiana por 15 millones de dólares. Esto duplicó con creces el tamaño de los Estados Unidos en ese momento.
Napoleón Bonaparte, el emperador de Francia en ese momento, había planeado originalmente utilizar Luisiana como base para un nuevo imperio francés en América. Sin embargo, se vio obligado a abandonar este plan después de una serie de derrotas en Europa, incluida la batalla de Trafalgar en 1805.
Para recaudar dinero para sus guerras en Europa, Napoleón decidió vender Luisiana a los Estados Unidos. Estados Unidos estaba ansioso por adquirir el territorio, ya que les daba el control del río Mississippi y acceso al Golfo de México.
La Compra de Luisiana fue un importante punto de inflexión en la historia de Estados Unidos. Duplicó con creces el tamaño del país y le dio a Estados Unidos una fuerte presencia en el Medio Oeste y el Sur. La compra también ayudó a asegurar la frontera occidental de Estados Unidos y allanó el camino para la futura expansión del país.