1. Describió el comunismo como una ideología extranjera y peligrosa que amenazaba los valores e instituciones tradicionales italianos. Retrató a los comunistas como ateos que buscaban destruir la religión, como colectivistas que querían abolir la propiedad privada y como revolucionarios que hundirían a Italia en el caos.
2. Utilizó la amenaza del comunismo para justificar su propio gobierno autoritario. Sostuvo que sólo un líder fuerte podría proteger a Italia de la amenaza comunista. Suprimió la disidencia política y las libertades civiles, argumentando que eran necesarias para evitar la expansión del comunismo.
3. Formó alianzas con fuerzas anticomunistas en el país y en el extranjero. Estableció alianzas con movimientos conservadores e incluso fascistas en otros países, y recibió apoyo de las potencias del Eje en sus esfuerzos por combatir el comunismo.
4. Presentó a su propio régimen como un baluarte contra el comunismo. Declaró que el fascismo era la única ideología que podía resistir eficazmente al comunismo y afirmó que Italia era un ejemplo brillante de un Estado fascista que había desafiado con éxito la amenaza comunista.
La explotación que hizo Mussolini de los temores al comunismo fue un factor clave en su ascenso al poder. Le permitió ganarse el apoyo de una amplia gama de italianos, incluidos conservadores, nacionalistas e incluso algunos miembros de la clase trabajadora. Sin embargo, su retórica y sus políticas anticomunistas también crearon un clima de miedo y represión que en última instancia contribuyó a la caída de su régimen.