En el año 313, los emperadores Constantino y Lucinio, que gobernaban parte del Imperio Romano, quisieron establecer la paz religiosa. En este sentido, el 13 de junio del año 313 (gracias a una circular mal llamada “Edicto de Milán”), concedieron la libertad religiosa, en particular a los cristianos que hasta entonces habían sido perseguidos por su fe. Desde septiembre de 324, Constantino gobierna en solitario el inmenso Imperio Romano. Consciente de las disensiones dentro de la religión cristiana y temiendo un cisma, reunió a todos los obispos del Imperio en Nicea entre el 20 de mayo y el 25 de julio del año 325.
20 de mayo de 325 -25 de julio de 325
Personajes
Constantino I st
Procedimiento
El 20 de mayo del año 325, el concilio ecuménico (universal) reunió en Nicea, en la actual Turquía, a 220 obispos del Imperio; Sin embargo, algunos grandes están ausentes, como el Papa. Esta reunión consiste en resolver los conflictos que enfrentan a las distintas Iglesias y socavan la estabilidad del Imperio. En efecto, Arrio, sacerdote de Alejandría aunque excomulgado (es decir rechazado por la Iglesia) predica una palabra diferente que tiene cierto éxito. Entre sus palabras, aboga por la subordinación del Espíritu Santo y del Hijo Jesús a Dios Padre. Jesús sería, por tanto, mediador entre los hombres y Dios, pero no sería divino, como el Espíritu Santo. Por el contrario, los cristianos defienden la consustancialidad del Padre, el Hijo y el Espíritu, es decir, que son de la misma esencia:el Hijo (Jesús) y el Espíritu son, por tanto, de naturaleza divina. Durante este Concilio se creó el Credo de Nicea o Credo. Un símbolo es un signo de unión, por lo que el credo es un signo de reconocimiento de los cristianos que comparten la misma fe (“credo” que significa “yo creo” en latín). Frente al credo ya existente de los Apóstoles, el de Nicea afirma expresamente la consustancialidad del Padre, del Hijo y del Espíritu. Este es uno de los puntos más importantes del Concilio de Nicea. También se definen los fundamentos de la doctrina, como las reglas de funcionamiento de la Iglesia, la disciplina, la estandarización de la fecha de Pascua...
Consecuencias
Durante este Concilio, la doctrina defendida por Arrio, el arrianismo, será firmemente condenada y el Credo, símbolo de Nicea que afirma la consustancialidad de la Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu, se convertirá en profesión de fe de la Iglesia cristiana. br />La participación del emperador Constantino en este concilio muestra la importancia de la religión cristiana en el Imperio. El Credo de Nicea se extenderá en Constantinopla durante el Segundo Concilio en 381 (por lo tanto llamado Credo de Nicea-Constantinopla). Quienes no respeten el Concilio de Nicea quedan en adelante excomulgados. El propósito del Concilio de Nicea es reunir y soldar los diferentes movimientos dentro de la religión cristiana. Al convertirse en una base común, esta unidad religiosa garantiza la estabilidad del Imperio. Será nombrada religión del estado por el edicto de Tesalónica promulgado por el emperador Teodosio el Grande en el año 380.