El Imperio Napoleónico comenzó el 18 de mayo de 1804 y finalizó el 14 de abril de 1814.
Esta forma de gobierno se instituyó tras el nombramiento de Napoleón Bonaparte como Emperador de los franceses. El 6 de noviembre de 1804 el título sería confirmado mediante plebiscito.
El 2 de diciembre del mismo año, Napoleón Bonaparte fue coronado Emperador en una ceremonia en la Catedral de Notre-Dame de París, donde estuvo presente el Papa Pío VII.
Entre los logros del Primer Imperio Francés se encuentra la expansión territorial y las ideas liberales.
Formación del Imperio Napoleónico
El Imperio fue el apogeo de la carrera del joven general Napoleón Bonaparte.
Se distinguió en defender Francia de los ataques de las naciones que la invadieron en represalia por la revolución y la condena de Luis XVI (1754-1793).
Por tanto, Bonaparte se había asegurado el apoyo del ejército y dio el golpe de estado del 18 de Brumario que le permitió gobernar Francia como cónsul. Aunque el gobierno lo compartían otras dos personas, su sed de poder neutralizó la acción de los compañeros.
El Imperio también representó una forma de mantener las conquistas de la burguesía después de la revolución y garantizar la soberanía popular.
El título de Emperador fue concedido a Napoleón por el Senado francés el 18 de mayo de 1804 y posteriormente ratificado mediante plebiscito en noviembre del mismo año.
El gobierno, sin embargo, no era absolutista sino constitucional, ya que el emperador estaba obligado a jurar respeto a la Carta Magna.
Para obtener más legitimidad para su reinado, Bonaparte se casa en 1810 con María Luisa de Austria, hija del emperador Francisco I de Austria y hermana de la futura emperatriz Leopoldina.
De esta manera, la continuidad imperial se mantendría mediante la descendencia de Napoleón a través de su hijo varón.
Tras su coronación, Napoleón Bonaparte se preparó para expandir sus dominios por toda Europa y enfrentarse a su principal enemigo:Gran Bretaña.
Ver también:Golpe del 18 de BrumarioExpansión del Imperio Napoleónico
Bonaparte decide atacar Gran Bretaña por mar, pero es derrotado en la batalla de Trafalgar en 1805.
Con esto, Napoleón se da cuenta de que sólo podría invadir el país mediante el estrangulamiento económico y, por ello, decreta el Bloqueo Continental, en 1806.
Este consistía en prohibir a todos los países europeos comerciar con el Reino Unido. Cualquiera que desobedeciera sería invadido por el ejército francés.
Varios países se negaron a cumplir esta orden, como Portugal y el Imperio ruso. En represalia, Bonaparte declaró la guerra a estos países.
El bloqueo continental quedó ineficaz frente al contrabando realizado con el consentimiento de la flota británica. Éste garantizó el comercio entre sus colonias americanas e incluso apoyó a países como Portugal.
Este hecho influyó directamente en la historia de Brasil, pues ante la invasión francesa, Dom João trasladó la corte portuguesa a Río de Janeiro.
Consulta en el siguiente mapa los territorios ocupados por el Imperio Napoleónico en Europa:
Una vez derrotado el ejército contrario, Napoleón Bonaparte entregó el gobierno del territorio a sus hermanos. Asimismo, aprovechó para casar a sus hermanas con generales de su confianza y ponerlos a administrar en su nombre.
En el primer caso tenemos a su hermano José Bonaparte quien fue declarado Rey de Nápoles (1806-1808) y posteriormente Rey de España (1808-1813); Luis Bonaparte, proclamado rey de Holanda (1806-1808) y Jerónimo Bonaparte, reinaron en Westfalia (territorio de la actual Alemania) de 1807 a 1813.
Las hermanas de Napoleón también recibieron posesiones:Elisa Bonaparte fue Gran Duquesa de Toscana (1809-1814), Paulina Bonaparte fue Princesa y Duquesa de Guastalla y Carolina Bonaparte, Reina de Nápoles desde 1808.
Los ideales revolucionarios se difundieron en estos países y sirvieron de base para garantizar los derechos individuales.
Ver también:Guerras NapoleónicasFin del Imperio Napoleónico
La expansión del imperio napoleónico, sin embargo, encontró una fuerte resistencia por parte de los rusos y Napoleón fue derrotado a las puertas de Moscú en 1812.
El emperador de los franceses fue incapaz de contener las rebeliones que surgieron en distintos puntos de sus dominios. Así, el 6 de abril de 1814, Bonaparte abdica del trono.
Se dirige a la isla de Elba, frente a la costa italiana, pero rápidamente logra escapar y regresar a Francia al frente de un gran ejército.
Sin embargo, sufre la derrota final en la batalla de Waterloo en junio de 1815, siendo arrestado y desterrado a la isla de Santa Elena, posesión inglesa.
Véase también:La batalla de WaterlooConsecuencias del Imperio Napoleónico
El Imperio Napoleónico dejó un legado en Francia y Europa.
En Francia se consolidaron las instituciones ya establecidas durante el Consulado:educación pública, Banco de Francia, Código Civil y Código de Comercio. Asimismo, el país quedó dividido territorialmente en departamentos.
A su vez, en Europa, las guerras napoleónicas pusieron fin al Sacro Imperio Romano Germánico, provocaron el fin del feudalismo y contribuyeron al nacimiento del nacionalismo en regiones como Bélgica, Italia y Alemania. Estos surgirían como países independientes a lo largo del siglo XIX.
Para Portugal, provocó la invasión del país por los franceses y el consiguiente traslado de la Corte a Brasil. Las ideas liberales influirían directamente en la Revolución de Oporto de 1820.
Ver también:La llegada de la Familia Real a BrasilCongreso de Viena y el fin del Imperio Napoleónico
Tras la derrota de Napoleón, las naciones europeas se reunieron en la ciudad de Viena. El objetivo era restablecer el Antiguo Régimen y las nuevas fronteras europeas, de acuerdo con los deseos de Gran Bretaña, Austria, Prusia y Rusia. Estas naciones hicieron un pacto conocido como la Santa Alianza.
El encuentro comenzó en 1814, tras la batalla de Leipzig, pero se vio interrumpido con el regreso de Napoleón a Francia.
Este período sería conocido como el Gobierno de los Cien Días y Bonaparte organizaría su última ofensiva bélica en la Batalla de Waterloo, en 1815.
Ver también:era napoleónicaRestauración monárquica
Las naciones que derrotaron a Francia restauraron las antiguas monarquías que fueron derrocadas durante la expansión napoleónica.
En España vuelve a reinar Fernando VII; la dinastía Orange-Nassau regresa a los Países Bajos y la propia Francia comienza el reinado de Luis XVIII.
A pesar del triunfo del conservadurismo sobre el liberalismo, Europa se vería sacudida por una serie de revoluciones burguesas en los años siguientes.
Véase también:Congreso de Viena (1814-1815)Continuar estudiando el tema:
- Revolución Francesa
- Caída de la Bastilla (1789)
- El terror en la Revolución Francesa