El movimiento por el sufragio femenino fue la lucha que libraron las mujeres en diferentes partes del mundo en busca del derecho al voto .
En Inglaterra, durante el siglo XIX, se destacaron las primeras movilizaciones, extendiéndose luego por todo el mundo a partir del siglo XX. Este movimiento inició la llamada primera ola feminista.
Destacaron las líderes sufragistas inglesas:Millicent Garret Fawcett y Emmeline Pankhurst , nombres destacados en la lucha por el derecho al voto de las mujeres.
Trabajaron en los grupos Unión Nacional de Sociedades por el Sufragio Femenino (NUWSS) y Unión Social y Política de Mujeres (WSPU), respectivamente.
El voto femenino fue aprobado en Inglaterra en 1918 para mujeres mayores de 30 años y en 1928 para mujeres mayores de 21.
En Brasil, Leolinda de Figueiredo Daltro y Bertha Lutz fueron los principales referentes, luchando por la conquista que se produjo el 24 de febrero de 1932, con el nuevo Código Electoral.
Movimiento sufragista en Inglaterra
En Inglaterra, el pensamiento de Mary Wollstonecraft sobre las desigualdades de género cobró importancia a finales del siglo XVIII.
En Vindicación de los derechos de la mujer (1792) , el autor escribió que la desigualdad social y política entre los sexos era el resultado de un proceso educativo que diferenciaba a hombres y mujeres.
El cambio debería darse con la creación de un sistema educativo nacional, universal, mixto e igualitario, que permita a las mujeres alcanzar la posición de ciudadanas libres.
Más tarde, el movimiento sufragista se originó a principios de los años 1830 y 1840, cuando las mujeres inglesas pasaron a formar parte de los movimientos libertarios.
Estos movimientos tuvieron temas como la defensa de la abolición de la esclavitud y el movimiento cartista, que buscaba mejorar las condiciones laborales en las industrias mediante la implementación de leyes laborales.
Dos grupos fueron los más destacados en territorio británico, en dos fases bien diferenciadas:la Unión Nacional de Sociedades de Sufragio de Mujeres (NUWSS) y la Unión Social y Política de Mujeres (WSPU). A pesar de tener los mismos reclamos, sus métodos de lucha se han distinguido.
En una primera fase, la principal organización sufragista inglesa fue la NUWSS, de finales del siglo XIX, teniendo su fundación y liderazgo en la figura de Millicent Garret Fawcett.
La organización tenía un diario semanal, La Causa Común (La causa común). Su actuación se basó en la moderación, apostando siempre por la buena voluntad de los políticos para cumplir su agenda.
Las sufragistas
La segunda y también la más conocida fase comenzó en 1903, en Manchester, con la fundación de la WSPU, liderada por Emmeline Pankhurst y sus hijas Christabel y Sylvia. El grupo contaba con dos publicaciones semanales, utilizadas para dar a conocer sus ideas:Votos para las Mujeres (1907) y La sufragista (1912).
El término sufragistas Se utilizó para referirse a estos militantes de la segunda fase. La nomenclatura fue creada por la prensa británica en la primera década del siglo XX, con el objetivo de diferenciarlos de los movimientos pacifistas de la primera fase. Posteriormente, los militantes se apropiaron del nombre.
Las sufragistas tuvo como característica llamativa el uso de tácticas no convencionales para presionar al gobierno por la causa sufragista, diferenciándolos del NUWSS. El lema utilizado por el grupo fue Hechos, no palabras. (Acciones, no palabras). Por ello, las marchas, la violencia y el uso de intimidaciones fueron habituales en sus actos.
Los activistas de la WSPU adoptaron cuatro formas de expresión:
- Técnicas publicitarias:folletos y publicaciones en revistas;
- Desobediencia civil:romper ventanas, interrumpir discursos de políticos y prender fuego a buzones;
- No violencia activa:manifestaciones pacíficas;
- Violencia física:encadenarse a las puertas.
Reacciones al movimiento:arrestos y repercusiones negativas en la prensa
A causa de tales acciones, muchos de ellos acabaron siendo detenidos. Entre 1911 y 1912, los ataques militantes llevaron a más de 200 mujeres a prisión, muchas de las cuales recibieron sentencias de hasta dos meses en la Holloway Gaol de Londres. cárcel de mujeres.
En prisión, como forma de resistencia, era común entre ellos la práctica de la huelga de hambre. Luego, las autoridades alimentaban a los prisioneros a la fuerza a través de un tubo de alimentación que se pasaba por la nariz.
Cuando los militantes dieron amplia publicidad a este acto de violencia por parte de las autoridades, el gobierno británico aprobó la ley El gato y el ratón. en 1913.
Esta ley permitía a las reclusas, cuando enfermaban, recuperar su salud en casa y luego regresar y terminar su condena.
Las formas de protesta de los miembros de la WSPU provocaron una reacción a menudo contraria a la opinión pública, expresada principalmente a través de la prensa. En los periódicos, las ideas anti-sufragio denigran el movimiento en textos e imágenes.
Se vincularon a la imagen de mujeres que defendían el sufragio:
- Cargos que retratan a militantes en escenas en las que fueron acusados de abandonar sus hogares y familias;
- Caricaturas de mujeres agresivas, sin atributos físicos;
- Ideas de que los militantes se estaban involucrando en política porque no podían conseguir un buen matrimonio.
Sin embargo, a pesar de la repercusión negativa que las sufragistas tenido en Inglaterra y en el extranjero, es innegable que el cambio de las tácticas inglesas a prácticas más violentas y radicales resultó eficaz. La lucha por el derecho al voto sólo empezó a ser tomada en serio por los británicos a partir de estas nuevas acciones.
Logros del movimiento sufragista
En 1914, el movimiento sufragista decidió dejar de lado su lucha por sostener al país debido a la entrada de Inglaterra en la Primera Guerra Mundial (1914-1918).
No fue hasta 1917 que se presentó un nuevo proyecto de ley al Parlamento británico, aprobado en 1918. otorgar el voto a mujeres mayores de 30 años.
En 1928, la lucha británica por el sufragio femenino terminó, con una nueva enmienda que permitía a las mujeres mayores de 21 años tener también el mismo derecho.
Las acciones de los militantes ingleses fueron una fuerte inspiración para otros movimientos en todo el mundo. La repercusión de los actos incitó a que mujeres de varios países se sumaran también a la causa, pese a la resistencia de muchas al modelo incorporado por las sufragistas. .
Fechas en las que se implementó el sufragio femenino en algunos países
1893 – Nueva Zelanda (el primer país);
1906 - Finlandia;
1918 – Inglaterra (con restricciones);
1920 – Estados Unidos;
1931 - España;
1944 - Francia;
1945 – Italia;
1971 – Suiza;
1976 – Portugal.
En América Latina
1929 – Ecuador (opcional hasta 1967);
1932 - Brasil;
1932 - Uruguay;
1934 - Cuba;
1939 – El Salvador (opcional hasta 1950);
1942 – República Dominicana;
1944 – Jamaica;
1945 – Guatemala (opcional hasta 1956);
1945 – Trinidad y Tobago
1946 - Venezuela;
1946 – Panamá;
1947 - Argentina;
1948 - Surinam;
1949 – Chile;
1949 – Costa Rica;
1952 - Bolivia;
1953 – Guyana;
1954 - Honduras;
1954 - México;
1955 – Perú;
1957 – Colombia;
1957 – Nicaragua;
1964 – Bahamas;
1967 - Paraguay.
El movimiento sufragista en Brasil
En Brasil, la Constitución de 1891 establecía que podían votar “los ciudadanos mayores de 21 años que se alistaran conforme a la ley”, lo que no excluía a las mujeres. Sin embargo, aunque la legislación no los vetaba, estaban excluidos de la vida política por las costumbres de la época.
Aún así, el país fue uno de los primeros en lograr este logro en América Latina, con la publicación del Código Electoral del 24 de febrero de 1932. Con él, las mujeres ganaron el derecho a votar y ser votadas. Dos años más tarde, en 1934, el sufragio femenino pasó a estar previsto en la Constitución Federal.
El movimiento sufragista brasileño se divide en dos fases, con dos líderes femeninas:Leolinda de Figueiredo Daltro y Bertha Lutz, respectivamente.
La primera fase ocurrió a lo largo del siglo XIX, a través de:
- Publicaciones de la prensa femenina brasileña;
- Debates por la inclusión de la ley en la primera constitución republicana de 1891;
- De la creación del Partido Republicano de Mujeres (PRF), liderado por Leolinda de Figueiredo Daltro.
El segundo Esta fase comenzó con la transformación de la Liga para la Emancipación Intelectual de la Mujer (LEIM) en la Federación Brasileña para el Progreso Femenino (FBPF), ambas lideradas por Bertha Lutz. Esta fase finalizó con la conquista del derecho al voto, en 1932.
Antecedentes del movimiento sufragista
El derecho al voto fue una exclusividad masculina en muchos países hasta el siglo XIX. A las mujeres se les asignó un rol privado, siendo los hombres los responsables de ejercer la vida pública.
Los debates políticos no deberían redundar en interés de la mujer, ya que esto le impediría ejercer lo que se consideraban sus ocupaciones:hacerse cargo de las tareas del hogar y de su familia.
A partir del descontento por estas condiciones se inició la búsqueda femenina del voto, inicialmente con la participación de mujeres de las clases media y alta de la sociedad, que contaban con algún grado de educación formal.
La lucha fue parte de la llamada primera ola de feminismo. Según estudios en el área, esto estuvo marcado por reivindicaciones que se dieron entre finales del siglo XIX y principios del XX, incluyendo debates relacionados con los derechos políticos, sociales y económicos de las mujeres.
Desde el siglo XVIII, la desigualdad ha sido un tema de intenso debate en Europa. La Revolución Francesa (1789) suscitó discusiones sobre el derecho a la igualdad jurídica. Fue en este contexto que Olympe de Gouges escribió la Declaración de los Derechos de la Mujer y de los Ciudadanos (1791), defendiendo la participación femenina en la vida política.
Por sus ideas fue juzgada y condenada a la guillotina. A pesar del espíritu pionero de las ideas de Gouges, las mujeres no obtuvieron el derecho al voto en Francia hasta 1944.
Ya en la Revolución Industrial europea se hicieron cada vez más evidentes las desigualdades entre sexos. Las mujeres eran reservadas:
- Los salarios más bajos;
- La falta de reconocimiento;
- Acoso y violencia verbal y sexual en las industrias.
En este contexto, la posibilidad de votar fue vista como una oportunidad real para cambiar sus condiciones de vida y de trabajo. Según las sufragistas, la vida de las mujeres sólo mejoraría si los políticos de la época también fueran responsables ante un electorado femenino.
Así, el sufragio se convirtió en la principal reivindicación femenina, siendo visto ahora como la gran clave de cambio para el fin de las desigualdades entre hombres y mujeres.
Ver más:
- Historia del feminismo en Brasil
- Voto femenino en Brasil
- Mujeres extraordinarias que hicieron historia
Referencias bibliográficas
KARAWEJCZYK, Mónica. Las sufragistas y la lucha por el voto femenino. Historia, 2013. Disponible en http://amazonaws.com/academia.edu.documents/33267419/03suffragettes.pdf. Consultado el 31 de mayo de 2022.
KARAWEJCZYK, Mónica. (2016) 2021. “¡¿Sufragistas en el trópico?! La Primera Fase del Movimiento Sufragista en Brasil”. Ubicación:Revista de Historia 20 (1). https://periodicos.ufjf.br/index.php/locus/article/view/20768. Consultado el 31 de mayo de 2022