Los monjes medievales eran famosos por sus manuscritos intrincados y bellamente ilustrados. Utilizaron materiales costosos como pan de oro y vitela para crear libros visualmente impresionantes e informativos. Estos manuscritos a menudo contenían textos religiosos, relatos históricos y conocimientos científicos.
Copiar libros:
Los monasterios sirvieron como centros de aprendizaje y educación durante la Edad Media. Los monjes pasaron innumerables horas copiando textos existentes para preservarlos y difundir el conocimiento. Esta práctica aseguró la supervivencia de muchas obras literarias y científicas que de otro modo se habrían perdido.
Redacción de textos originales:
Además de copiar textos existentes, los monjes medievales también compusieron sus propios tratados, comentarios, historias y obras de arte. Hicieron importantes contribuciones en diversos campos, incluidos la filosofía, la teología, la ciencia, la literatura y la música.
Decoración de manuscritos:
Además de escribir e ilustrar manuscritos, los monjes también destacaron en las artes decorativas. Elaboraron bordes ornamentados, iniciales y adornos utilizando patrones intrincados, colores vibrantes y pan de oro. Estos adornos agregaron valor artístico e interés visual a los manuscritos.