Promulgado por Enrique IV el 13 de abril de 1598, el edicto puso fin oficialmente a las Guerras de Religión*, que efectivamente habían terminado desde la conversión del rey a la religión católica.
El Edicto de Nantes, inspirado en parte del Edicto de Poitiers firmado por Enrique III al día siguiente de la Paz de Bergerac (1577), concedía a la minoría protestante seis libertades. El ejercicio del culto reformista en una ciudad bajo bailía, excepto París.
Admisión de los hugonotes a las escuelas. Su admisión al servicio público. La reunión de asambleas.
La representación de una cámara de mitad de partido en los parlamentos.
El mantenimiento de un centenar de lugares seguros, entre ellos La Rochelle, durante ocho años.
Aunque la religión romana se restablece oficialmente donde estaba prohibida, algunos murmuran contra el liberalismo de Enrique IV. Éste responderá a los insatisfechos:"Hice un edicto, quiero que me obedezcan"