La pesca era otra actividad económica importante a principios de Nueva Inglaterra. La abundante costa de la región proporcionaba una gran riqueza de peces, como bacalao, eglefino y caballa. Los barcos de pesca solían ser pequeños y los pescadores utilizaban líneas de mano o redes para capturar sus presas. Ciudades pesqueras como Gloucester, Massachusetts y New Bedford, Massachusetts, se convirtieron en importantes centros para la industria pesquera.
El comercio también fue esencial para la temprana economía de Nueva Inglaterra. Los colonos comerciaban con tribus nativas americanas, así como con otras colonias inglesas y países europeos. Exportaban pescado, pieles y otros bienes a Europa a cambio de bienes manufacturados, como ropa, herramientas y armas. La ciudad portuaria de Boston, Massachusetts, se convirtió en un importante centro comercial.
Además de la agricultura, la pesca y el comercio, algunos colonos también se dedicaron a otras actividades económicas, como la construcción naval, la explotación maderera y la minería. Los bosques de la región proporcionaron madera para la construcción naval, mientras que sus recursos naturales, como el mineral de hierro y el cobre, apoyaron el desarrollo de las industrias mineras.
En general, los primeros colonos de Nueva Inglaterra construyeron su economía sobre la base de la agricultura, la pesca y el comercio, y adaptaron su economía a los recursos naturales y las características geográficas de la región para ganarse la vida.