Enfermedad: Los nativos americanos no tenían inmunidad contra las enfermedades que trajeron los europeos, como la viruela, el sarampión y la influenza. Estas enfermedades se propagaron rápidamente entre las poblaciones nativas americanas, causando muerte y devastación generalizadas.
Guerra: Los europeos a menudo participaban en guerras con los nativos americanos, ya sea para ganar tierras o para reprimir la resistencia a su autoridad. Esto provocó la pérdida de muchas vidas de nativos americanos.
Alteración de los estilos de vida tradicionales: La llegada de los europeos trastocó los estilos de vida tradicionales de los nativos americanos, provocando trastornos sociales y económicos. Esto contribuyó a su vulnerabilidad a las enfermedades y la guerra.
Desplazamiento: Los nativos americanos a menudo fueron desplazados de sus tierras tradicionales, que fueron asumidas por colonos europeos. Esto provocó escasez de alimentos y trastornos sociales y culturales, lo que aumentó la tasa de mortalidad entre los nativos americanos.