- Conflictos militares frecuentes: Mesopotamia a menudo se vio envuelta en conflictos con sus vecinos, incluidos los sumerios, acadios, asirios y babilonios. Estos conflictos provocaron una destrucción generalizada y pérdida de vidas.
- Desastres naturales: Mesopotamia también era propensa a sufrir desastres naturales, incluidas inundaciones, sequías y terremotos. Estos desastres causaron daños y desplazamientos generalizados, y podrían provocar hambrunas y enfermedades.
- Sanidad deficiente: Las condiciones sanitarias eran inadecuadas y esto contribuyó a la propagación de enfermedades como el cólera, la disentería y la fiebre tifoidea.
- Clima severo: El clima de Mesopotamia era extremo, con veranos calurosos y secos e inviernos fríos y húmedos. Esto dificultaba el cultivo y también podía suponer un riesgo para la salud.
- Esclavitud y duras condiciones laborales: La esclavitud estaba muy extendida en Mesopotamia y los esclavos a menudo eran sometidos a condiciones de trabajo duras y peligrosas.
- Fiscalidad: Los gobernantes de Mesopotamia imponían fuertes impuestos a sus súbditos, y esto podía suponer una carga importante para la gente corriente.
- Opresión religiosa: Los líderes religiosos de Mesopotamia tenían mucho poder y podían utilizarlo para oprimir a quienes no estaban de acuerdo con ellos.