Las Leyes de Navegación Inglesas fueron una serie de leyes aprobadas por el Parlamento inglés entre 1651 y 1696. Las leyes estaban diseñadas para proteger el transporte marítimo y el comercio ingleses al exigir que todos los bienes importados o exportados desde Inglaterra se transportaran en barcos ingleses. Esto tuvo un impacto negativo en las colonias inglesas, ya que ya no podían comerciar libremente con otros países. Las colonias comenzaron a buscar nuevos lugares para comerciar sus productos, lo que llevó al establecimiento de nuevas colonias inglesas en América del Norte, el Caribe y África.