Descubrimientos arqueológicos

¿De qué está hecho el cemento en Roma?

En la antigua Roma, el cemento se elaboraba principalmente a partir de una mezcla de ceniza volcánica, cal y agua. El tipo más común de ceniza volcánica utilizada fue la puzolana, que se encuentra cerca de la ciudad de Pozzuoli en Italia. La puzolana es una ceniza volcánica reactiva de grano fino que, cuando se mezcla con cal y agua, forma un cemento fuerte y duradero.

El proceso de fabricación del cemento romano implicaba mezclar puzolana con cal y agua en una proporción de aproximadamente 2:1:1. Luego, la mezcla se calentó a alta temperatura en un horno, donde experimentó una reacción química llamada calcinación. Durante la calcinación, la cal y la puzolana reaccionaron para formar un nuevo compuesto llamado hidrato de silicato de calcio, que es el componente principal del cemento.

Luego, el cemento resultante se molió hasta obtener un polvo fino y se mezcló con agua para crear un mortero. Este mortero se utilizó para construir muchas de las estructuras famosas de la antigua Roma, incluidos el Coliseo, el Panteón y los acueductos.

El cemento romano era un material notablemente resistente y duradero, y todavía se utiliza en algunos proyectos de construcción en la actualidad. Su durabilidad se debe a que es resistente al agua y no se deteriora con el tiempo.

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