Viajes costosos: La exploración implicaba a menudo viajes a regiones remotas y lejanas. Para estos viajes se requería transporte, barcos, embarcaciones o animales, y estas opciones eran costosas de comprar o alquilar.
Equipo: Los exploradores necesitaban una variedad de equipos para sus viajes, incluidos instrumentos de navegación, mapas, suministros médicos, armas y herramientas para observaciones científicas. Estos materiales podrían resultar costosos de adquirir.
Provisiones y Suministros: Durante sus expediciones, los exploradores necesitaban conseguir alimentos, agua y otros suministros para ellos y su tripulación. Estas provisiones podrían resultar costosas, especialmente en terrenos difíciles o al atravesar largas distancias.
Equipos de expedición: La exploración a menudo involucraba a un equipo de miembros de la tripulación, incluidos marineros, navegantes, científicos, cartógrafos y traductores. Los salarios de estas personas podrían aumentar los gastos de una expedición.
Apoyo político y diplomático: En algunos casos, los exploradores buscaron el apoyo de benefactores ricos que tenían influencia y conexiones en los círculos políticos o entre las élites gobernantes. Este apoyo podría ser crucial para obtener permisos, permisos y acceso a determinadas regiones.
Sostenibilidad financiera: Muchas expediciones no fueron inmediatamente rentables y podrían tardar años en generar beneficios. El respaldo financiero de los benefactores proporcionó una red de seguridad y permitió a los exploradores continuar con sus esfuerzos sin la presión constante de tener que obtener ganancias.
Fama y legado: Algunos benefactores estaban motivados por el deseo de reconocimiento y asociación con los logros de los exploradores. Brindar apoyo les permitió adjuntar sus nombres a descubrimientos e hitos de exploración importantes, lo que les valió un lugar en la historia.