Desde finales del siglo XVIII, numerosos viajeros han dejado por escrito menciones y breves descripciones de algunos curiosos dólmenes esparcidos a ambos lados de la cordillera del Cáucaso, en su vertiente occidental, entre Abjasia y la península de Tamán.
Pero no sería hasta finales del siglo XIX cuando se iniciaría su estudio con la excavación de algunas de las estructuras. Durante las siguientes décadas salieron a la luz yacimientos y restos de asentamientos de la cultura que los había construido, lo que precisamente se denominó Cultura de los dólmenes del Cáucaso Occidental. , ya que estas son su principal manifestación.
Es una cultura que se desarrolló a principios de la Edad del Bronce y que construyó estructuras megalíticas entre el 2900 y el 1300 a.C. Luego desapareció, sin que se conozcan las causas, aunque se han encontrado dólmenes inacabados, lo que indicaría un evento de cambio repentino.
El origen de esta cultura también se desconoce y se pueden rastrear similitudes con la cultura Maikop, que se desarrolló en la zona entre el 3700 y el 2500 a.C. y tenía conexiones tanto con el norte de Mesopotamia como con la cultura Yamna más al norte.
Los asentamientos, que siempre se ubican cerca de los ríos o en zonas elevadas de las riberas, están formados por viviendas construidas con madera y barro. Las comunidades se dedicaban a la agricultura y ganadería, y conocían la metalurgia, ya que han aparecido moldes y lingotes de bronce arsenical. Los collares de cornalina descubiertos en algunos de los sitios indican que se comerciaba a distancias tan lejanas como la India.
Los dólmenes construidos por esta cultura, de los que se han catalogado unos 3.000 en las ciudades de Tzelentzchik, Touapse, Novorossiysk y Sochi, no parecen haber tenido una función funeraria como los de otras zonas de Europa. Al menos no en sentido estricto, ya que por sus características, principalmente las fachadas abiertas, pudieron haber sido una especie de templos o lugares de culto familiar. En este sentido, durante la reconstrucción del complejo de dólmenes de Zhane se descubrió un altar de piedra.
Los dólmenes más antiguos corresponden a la vertiente sur, cercana a la zona costera y datados de mediados del III milenio a.C. Entre ellos se encuentran los de Eshera, Azant, Otkhara, Kulanurkhva, Shroma y Doi. Todas ellas son de tamaño mediano y pequeño.
En algunos petroglifos se han encontrado escenas que representan escenas de caza de ciervos, y también de luchas y combates entre hombres en el caso del dolmen de Dzhugbga. Pero la mayoría presenta motivos geométricos, como triángulos y círculos. En algunos de los alrededores de Klady incluso se encontraron restos de pintura.
En cuanto a las características constructivas, algunos de los dólmenes son monolíticos, mientras que otros están construidos en varias piezas, grandes piedras que se superponen. La mayoría tiene una entrada cuadrada, ovalada o circular tallada en la losa de la fachada, mientras que la planta puede ser cuadrada, trapezoide o circular.
Representan un tipo único de arquitectura prehistórica, ya que las piedras están talladas en ángulos de 90 grados para encajar en las esquinas y otras están curvadas para formar paredes circulares. Además, muchos cuentan con una especie de patio que se extiende frente a la fachada, donde se realizarían rituales. Este patio suele estar delimitado por grandes muros de piedra, en ocasiones de más de un metro de altura.
Algunos autores defienden la función astronómica de algunos de estos dólmenes, que serían observatorios en la línea de otros monumentos megalíticos europeos, americanos y asiáticos. En este sentido destaca el dolmen inacabado de Mamed, en la margen derecha del río Kuapse, cuyo lado occidental tiene forma de pirámide, que parece apuntar hacia la salida del sol en los equinoccios.