Los antiguos egipcios creían en una vida futura y pusieron mucho cuidado en preparar sus tumbas para el viaje al otro mundo. Las tumbas a menudo se construían bajo tierra y estaban llenas de todo lo que el difunto necesitaría en el más allá, incluida comida, bebida, ropa y joyas.
El proceso de construcción de una tumba
La construcción de una tumba era un proceso complejo y que requería mucho tiempo. El primer paso fue elegir el lugar para la tumba. La tumba se construía típicamente en la orilla occidental del río Nilo, que se asociaba con la otra vida.
Una vez elegido el lugar, se pudo comenzar la excavación de la tumba. Por lo general, la tumba estaba excavada en el lecho de roca y podía tener una profundidad de hasta 30 pies. Las paredes de la tumba solían estar revestidas de piedra caliza o arenisca.
El siguiente paso fue construir la superestructura de la tumba. La superestructura era la parte de la tumba visible desde el suelo. Por lo general, estaba hecho de ladrillos de barro o piedra y podía estar decorado con relieves y estatuas.
El último paso fue amueblar la tumba. La tumba estaba llena de todo lo que el difunto necesitaría en el más allá, incluyendo comida, bebida, ropa y joyas. La tumba también solía estar decorada con pinturas y esculturas que representaban escenas de la vida del difunto.
La importancia de las tumbas
Las tumbas eran muy importantes para los antiguos egipcios. Creían que la otra vida era una continuación de la vida en la tierra y querían asegurarse de que sus seres queridos tuvieran todo lo que necesitaban para emprender el viaje al otro mundo.
Las tumbas también servían como forma de honrar a los difuntos. A menudo estaban decorados con estatuas y relieves que representaban al difunto de forma positiva. Esto se hizo para garantizar que el difunto tuviera una buena vida futura.