Figuras Históricas

Safo, poetisa lírica

Safo es una antigua poetisa griega que vivió en los siglos VII y VI a.C. en Mitilene, en la isla de Lesbos.

Poetisa, cantante y bailarina

Safo, poetisa lírica Tenemos poca información sobre Safo; las fuentes que han llegado a ellas son tardías o son obras cómicas, y la mayoría de sus obras se han perdido.

Safo nació alrededor del año 630 a. C. en Mitilene, en la isla de Lesbos. Su familia, perteneciente a la aristocracia, pudo tener orígenes en Asia Menor. Según Ovidio, su padre, Scamandrônymos, murió cuando Safo tenía seis años. Tiene tres hermanos. Varias fuentes describen a Safo como "pequeña y negra". No se sabe de una fuente confiable si estaba casada.

Sapphô mantiene un grupo de jóvenes que cantan y bailan, especialmente durante las ceremonias oficiales. La poetisa enseña a las jóvenes teatro, danza, canto y poesía, como iguales. Allí cultivan un cierto espíritu de independencia frente a las leyes y costumbres muy restrictivas de la ciudad.

Excepcional libertad de tono

Safo, poetisa lírica

Homosexual (aunque el término sea anacrónico), Safo no oculta en su poesía su amor por las jóvenes y su deseo por ellas. Por parte de una mujer, esta libertad de tono es excepcional y sus sucesores la criticarán ampliamente o intentarán ocultar su homosexualidad.

Sapphô es conocida por su poesía lírica de amor, pero también escribió versos políticos. Como los poetas de la época, también es músico y toca la lira.

Dedicó su trabajo a la Diosa Afrodita. Aquí está la Oda a Afrodita, traducida por Renée Vivien:

"Tú, cuyo trono es el arco iris, Afrodita inmortal, hija de Zeus, tejedora de trucos, te ruego que no domestiques mi alma, oh Venerable, con angustia y angustia. Pero ven, si alguna vez, y más de una vez, a escuchar mi voz, la escuchaste, y, saliendo de la casa de tu padre, viniste, habiendo enganchado tu carro dorado y eran hermosos y rápidos gorriones que te conducían por la tierra oscura batiendo sus alas, descendidos del cielo a través del éter. Llegaron inmediatamente, y tú, oh Bendita, habiendo sonreído con tu rostro inmortal, me preguntaste qué me había sucedido, y qué favor imploré, y qué era lo que más deseaba en mi alma insensata. para atraer a tu amor? ¿Quién te trata injustamente, Psafa? Porque el que huye de ti rápidamente te perseguirá, el que rechaza tus regalos te los ofrecerá, el que no te ama, te amará rápidamente y aun a pesar de sí misma. "Ven a mí otra vez ahora, y líbrame de los cuidados crueles, y todo lo que mi corazón desee realizar, hazlo, y sé Tú mismo mi aliado"


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