Alquimista del período helenístico, María la judía (también llamada Maria Hebraea, o Miriam Prophetissa) es considerada una de las pioneras de la alquimia; se le atribuye la invención de varios instrumentos y técnicas, incluido dar su nombre al baño maría.
Período helenístico
Lo que sabemos sobre la existencia de "María la judía" lo obtuvimos principalmente del alquimista griego nativo de Egipto Zosimus de Panópolis, que vivió en Alejandría hacia el año 300, en pleno período helenístico. En su importante obra, que ha llegado hasta nosotros en fragmentos, Zosimus cita los trabajos anteriores de los alquimistas y describe en particular las técnicas y herramientas que utilizaban.
Entre otros nombres, Zósimo evoca a María, a la que a veces llama "María la Divina" y a la que clasifica entre las "antiguas", por tanto anteriores al año 300. Otros escritos la mencionan posteriormente. Las obras del obispo Epifanio de Salamina (siglo IV) registran una visión que habría tenido de Jesús, lo que la sitúa posterior al advenimiento del cristianismo, pero otros como el cronista bizantino George Syncellus (siglo VIII) la sitúan antes de nuestra era. A veces también se la llama "Hermana de Moisés".
En cualquier caso, María probablemente vivió en Egipto antes del siglo IV, durante el período helenístico y en el apogeo del auge de la alquimia occidental.
El baño maría
Zósimo cita una obra atribuida a María la judía, Sobre los fogones y los instrumentos ( Peri kamino kai organon) , que describe herramientas e instrumentos de metal, vidrio y arcilla, utilizados para cocinar o destilar. El dispositivo más famoso que se le atribuye es el baño de agua, un método para calentar una sustancia colocándola en un recipiente lleno de agua caliente. Quizás utilizado anteriormente en la medicina griega, el baño María permaneció atribuido a María la judía, de quien lleva el nombre.
Otras herramientas se atribuyen a María y son descritas por Zósimo:los tribikos , un alambique de cobre con tres recipientes receptores y el k erotakis, un alambique en el vacío que permite a los alquimistas someter los metales a la acción de diferentes vapores.
El axioma de María
María la judía dejó una huella duradera en la historia de la alquimia y muchos de sus sucesores la citaron y alentaron la difusión de su obra. En estos textos se le atribuyen citas y principios de la alquimia:
Une lo masculino y lo femenino y obtendrás lo que deseas.
El siguiente principio se conoce como el axioma de María:
Uno se convierte en dos, dos en tres, y del tercero nace uno como cuarto.
En el siglo X, el erudito Ibn al-Nadim cita a María la judía como una de los 52 alquimistas más famosos. El alquimista alemán Michael Maier la considera una de las cuatro mujeres capaces de producir la piedra filosofal.