Figuras Históricas

Anacaona, cacique y resistente a la colonización

Soberana del pueblo taíno en la isla de Ayiti, hermana y esposa del cacique, Anacaona (1474 – 1503 o 1504) es famosa por su resistencia contra la colonización española.

Hermana y esposa del cacique

Anacaona, cacique y resistente a la colonización

Anacaona nació en 1474 en la isla de Ayiti, ahora conocida como Hispaniola y dividida entre Haití y República Dominicana. Proviene de la región de la actual ciudad de Léogâne en Haití, a pocos kilómetros de la capital Puerto Príncipe. Miembro del pueblo taíno, Anacaona es hermana del cacique (jefe tribal) Bohechio, quien gobierna el caciquat de Xaragua; en lengua taína su nombre significa "flor dorada".

Anacaona es reconocida por su inteligencia, su belleza, su gracia, su poesía y su danza. Compone canciones y poemas que recita durante las fiestas, ceremonias o recepciones religiosas que organiza para sus invitados. El cura Bartolomé de las Casas hablará de ella como de "persona muy noble y gran señora". Anacaona se casa con Caonabo, cacique del caciquat de la Maguana, con quien tiene una hija llamada Higüemota.

Anacaona, cacique y resistente a la colonización

Primeros contactos

Anacaona creció antes de la llegada de los colonos europeos a América. Tenía dieciocho años en 1492, cuando Cristóbal Colón y su tripulación pisaron la isla tras desembarcar en Cuba. Al principio, Anacaona se muestra curiosa, acogedora y hasta admiradora hacia los españoles; impresionada por sus conocimientos y su civilización, los considera mensajeros divinos. El comportamiento de los españoles cambiará rápidamente su opinión.

Cristóbal Colón fundó el fuerte de La Navidad en la isla de Ayiti, en el que dejó 39 hombres, antes de regresar a España. En el lugar, los colonos son violentos y codiciosos; aumentan el saqueo y secuestro de mujeres. De la admiración, Anacaona pasa a la desconfianza, el miedo y la ira. Con su hermano y su marido, decide expulsar a los invasores de la isla. Cuando Cristóbal Colón regresó en noviembre de 1493, encontró La Navidad destruida y sus ocupantes asesinados. Sospechoso de haber organizado la destrucción de La Navidad, Caonabo es arrestado y enviado a España; muere en un naufragio en el camino. Anacaona luego regresa a vivir con su hermano. Cuando él muere, ella se hace cargo.

Revueltas

Tras el arresto de Caonabo, los caciques de Managua se someten a los españoles. Cristóbal Colón fundó la colonia La Isabela, a unos cien kilómetros al este del fuerte destruido, luego abandonó la isla, dejando el mando a su hermano Bartolomeo. Bajo su supervisión, la situación se deteriora. Los abusos cometidos por los colonos van en aumento, en particular debido a la aceleración de la explotación de los yacimientos de oro de la isla y a los trabajos forzosos impuestos a los nativos. Estallan revueltas esporádicas.

En 1502, Nicolás de Ovando fue nombrado nuevo gobernador de La Española. Se embarcó al frente de la mayor flota que había navegado hacia el "Nuevo Mundo", compuesta por 30 barcos y 2.500 hombres. Bartolomé de las Casas forma parte de la expedición. Ante las revueltas de los habitantes de la isla, Nicolás de Ovando muestra gran crueldad. Dirige expediciones sangrientas, deporta esclavos africanos a América, desarrolla la minería, explota el trabajo de los nativos. Las condiciones de trabajo son tales que muchas personas mueren en las minas.

La Masacre de Xaragua

Anacaona, cacique y resistente a la colonización

Nicolás de Ovando se alía con Guacanagaríx, cacique del cacicat de Marién, en el noroeste de la isla. Guacanagaríx había permitido a Cristóbal Colón establecer el fuerte de La Navidad y posteriormente se negó a aliarse con los demás caciques de la isla para expulsar a los españoles. Anacaona rinde homenaje a los españoles, pero trama un plan para rebelarse y atacar las colonias. Guacanagaríx se enteró de sus intenciones e informó al gobernador de La Española en 1503.

Nicolás de Ovando le anuncia a Anacaona que se dirige al caciquat de Xaragua, con el objetivo de celebrar las buenas relaciones de sus dos pueblos. Él y sus trescientos cincuenta hombres son recibidos con grandes festividades. Durante la fiesta, los españoles se vuelven contra sus anfitriones, prenden fuego a un edificio en el que se reúnen muchos taínos y masacran al séquito de Anacaona. Sobreviven la hija del cacique, Higüemota, y su sobrino Guaorocuva. Anacaona es arrestada. Nicolás de Ovando se ofrece a salvarle la vida si se convierte en su concubina, pero ella se niega.

Anacaona fue ejecutada en la horca, probablemente en 1504. Tras esta masacre, la reina Isabel expresó en su lecho de muerte el deseo de que Nicolás de Ovando fuera destituido de su cargo de gobernador de La Española y castigado. Este será el caso cinco años después. Estimada en 500.000 en 1492, a la llegada de Cristóbal Colón, la población de nativos de La Española ya era de sólo 60.000 en 1509. Los taínos eran sólo 600 en 1531.

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