Pedro el Ermitaño es de los alrededores de Amiens. En 1095, habría peregrinado a Jerusalén, de donde habría regresado con una carta de Dios ordenando a los cristianos que acudieran en ayuda de sus correligionarios de Oriente. Es el principal predicador de la primera cruzada. Orador elocuente, condujo a elementos populares a Tierra Santa en 1096, arengando a las multitudes que encontraba. Tras el fracaso de la cruzada popular, se unió a Godefroi de Bouillon y participó en el asedio de Jerusalén organizando procesiones por la ciudad. Al final de la cruzada, regresa a Occidente con reliquias.
Participó el 10 de agosto junto a la Comuna insurreccional y fue en parte responsable de las masacres de septiembre. Convencional, se unió a los montañeses y se opuso a los girondinos. Fue enviado en misión a Burdeos durante el Terror de 1793. Tras el arresto de su amante (que era una mujer noble),