Figuras Históricas

¿De qué se hacían las pelucas en el siglo XVIII?

Las pelucas del siglo XVIII se hacían típicamente con materiales naturales, más comúnmente cabello humano. Las pelucas de cabello humano a menudo se elaboraban a partir de mechones importados, siendo Francia e Italia fuentes reconocidas de cabello de alta calidad. Para crear una peluca, hábiles artesanos recogían, limpiaban, peinaban y clasificaban el cabello, colocándolo en el estilo y la forma deseados.

También estaban disponibles pelucas sintéticas, llamadas "pelucas de peripeluca", y estaban compuestas de materiales como lana, crin, pelo de cabra o fibras de seda. Estas pelucas eran las preferidas por su rentabilidad, ya que obtener cantidades suficientes de cabello humano podía resultar costoso. A veces, las pelucas se elaboraban con una combinación de cabello humano y materiales sintéticos.

Las pelucas blancas estaban muy de moda durante esta época y, a menudo, se espolvoreaban con almidón o harina para lograr el efecto deseado. Sin embargo, esto también hacía que las pelucas fueran susceptibles a las plagas y requería un mantenimiento frecuente para mantenerlas limpias y libres de insectos.

Vale la pena señalar que la disponibilidad y popularidad de diferentes tipos y materiales de cabello variaron con el tiempo y dependiendo del estatus social, la riqueza y las preferencias personales del individuo.