También estaban disponibles pelucas sintéticas, llamadas "pelucas de peripeluca", y estaban compuestas de materiales como lana, crin, pelo de cabra o fibras de seda. Estas pelucas eran las preferidas por su rentabilidad, ya que obtener cantidades suficientes de cabello humano podía resultar costoso. A veces, las pelucas se elaboraban con una combinación de cabello humano y materiales sintéticos.
Las pelucas blancas estaban muy de moda durante esta época y, a menudo, se espolvoreaban con almidón o harina para lograr el efecto deseado. Sin embargo, esto también hacía que las pelucas fueran susceptibles a las plagas y requería un mantenimiento frecuente para mantenerlas limpias y libres de insectos.
Vale la pena señalar que la disponibilidad y popularidad de diferentes tipos y materiales de cabello variaron con el tiempo y dependiendo del estatus social, la riqueza y las preferencias personales del individuo.