1. Baby boom posterior a la Segunda Guerra Mundial: Después del final de la Segunda Guerra Mundial en 1945, muchos países experimentaron un aumento significativo de las tasas de natalidad, lo que provocó un aumento repentino del crecimiento demográfico.
2. Atención sanitaria mejorada: Los avances en medicina, salud pública y saneamiento contribuyeron a una disminución de las tasas de mortalidad, especialmente en los países en desarrollo. La gente vivía más tiempo y más niños sobrevivían hasta la edad adulta.
3. Desarrollo Económico: El aumento de los niveles de vida y el mejor acceso a recursos como alimentos y agua potable respaldaron el crecimiento de la población. La industrialización, la urbanización y los avances agrícolas aumentaron la capacidad de sostener poblaciones más grandes.
4. Impulso demográfico: Las poblaciones tienen un impulso inherente debido a la estructura de edad existente. Incluso si las tasas de natalidad disminuyen, si hay un número significativo de personas en edad reproductiva, la población puede seguir creciendo durante algún tiempo.
Como resultado de estos factores, la población mundial se duplicó con creces durante este período de 40 años. En 1950, la población mundial era de aproximadamente 2.500 millones de habitantes, y en 1990 había llegado a más de 5.200 millones. Este rápido crecimiento demográfico tuvo profundos impactos en las sociedades, las economías y el medio ambiente, dando forma al mundo tal como lo conocemos hoy.