Desafortunadamente, el Coloso de Rodas no resistió por mucho tiempo. En el año 226 a. C., un poderoso terremoto sacudió la ciudad de Rodas y la estatua se derrumbó y cayó al mar. Se dice que los restos de la estatua fueron vendidos como chatarra a un comerciante sirio, que los utilizó para comprar un barco de carga.
Hoy en día no quedan restos del Coloso de Rodas y se desconoce su ubicación exacta.