La invasión rusa de Ucrania es un claro ejemplo de militarismo porque implica el uso de la fuerza militar por parte de un país contra otro para lograr objetivos políticos. La invasión no estuvo justificada por ninguna preocupación legítima de seguridad por parte de Rusia y ha provocado la muerte de miles de civiles y la destrucción de innumerables hogares y negocios.
La invasión rusa de Ucrania es también un recordatorio de los peligros del militarismo en un sentido más amplio. El militarismo es la creencia de que el poder militar es la mejor manera de lograr la seguridad nacional y el prestigio internacional. Es una ideología peligrosa porque puede conducir a guerras y conflictos innecesarios, así como a la desviación de recursos de otras áreas importantes como la educación, la atención sanitaria y la infraestructura.
El mundo debe unirse para condenar la invasión rusa de Ucrania y pedir un alto el fuego inmediato. También debemos trabajar para prevenir futuros actos de militarismo promoviendo el diálogo y la cooperación entre las naciones.