- Los niños solían trabajar de 10 a 12 horas al día, seis días a la semana.
Salario bajo:
- Los trabajadores jóvenes recibían salarios significativamente más bajos que los adultos y sus ingresos generalmente no eran suficientes para mantenerse a sí mismos o a sus familias.
Condiciones peligrosas:
- Muchos trabajos implicaban tareas peligrosas, como trabajar con maquinaria pesada, levantar cargas pesadas o manipular productos químicos peligrosos. Los niños trabajadores corrían un mayor riesgo de sufrir accidentes, lesiones e incluso la muerte.
Falta de educación:
- Muchos niños se vieron obligados a abandonar la escuela a una edad temprana para trabajar y ayudar a mantener a sus familias. Esto limitó sus oportunidades de educación y avance.
Explotación:
- Los trabajadores jóvenes a menudo eran maltratados y explotados por sus empleadores. Podrían ser sometidos a abusos físicos o verbales, obligados a trabajar en condiciones inseguras y negados derechos básicos como descansos y acceso a agua potable.
El trabajo infantil prevalecía en industrias como la manufactura, la minería, la agricultura y el servicio doméstico. La necesidad de mano de obra barata y leyes débiles o inexistentes sobre trabajo infantil alimentaron la explotación de los trabajadores jóvenes.